lunes, 17 de diciembre de 2012

Startup Weekend Córdoba 2012


¿Cuál es la realidad de nuestros jóvenes? Por supuesto que varía, y quien debiese responder, en función del color de su cristal, haría hincapié en alguno de sus subgrupos. Espanta y apena pensar en la tasa de paro que sufren; espanta y apena pensar en el increíble número de muchachos sin titulación básica, sin formación y sin oficio ni beneficio; espanta y apena pensar en el inconmesurable número de licenciados con máster e idiomas a sus espaldas incapaces de encontrar un trabajo, incluso en un área ajena a su especialidad, incluso por debajo de sus expectativas..., ¡con lo que nos costó como país su formación! La pregunta subsiguiente resulta inmediata: ¿cuál es el horizonte? En un primer momento, el bajón, la incapacidad para independizarse, para poner en marcha un proyecto vital, la desesperación, la desesperanza... En un segundo momento..., en un segundo momento, además de la desesperación, la ineludible necesidad de levantar la cabeza, de encontrar el norte, cada cual según su leal saber y entender. Para unos, ese norte se encuentra más allá de nuestras fronteras, para otros..., y otro subgrupo explora la posibilidad de emprender, y aquí entra en acción Startup Weekend.

La experiencia Startup Weekend se pone en marcha en 2007. Desde entonces, han vivido el proceso más de 100.000 personas en más de 1.000 eventos realizados en más de 100 países. Acabo de volver de Córdoba, donde fui testigo del desarrollo de una de estas iniciativas, Startup Weekend Córdoba 2012. ¿Y qué vi? Básicamente, a cincuenta jóvenes preocupados por encauzar su vida profesional que se recluyen 54 horas para trabajar, apenas sin resuello, en busca de confirmar/mejorar la viabilidad de una idea, de un proyecto que podría cuajar en empresa. Los organizadores locales, Pili, Alfonso, Antonio, Manuel y Miguel han dedicado cientos de horas de su tiempo a fin de conseguir los patrocinios necesarios para dar cobertura logística a la iniciativa.

Resulta admirable palpar el entusiasmo y la entrega de los participantes, el altruismo de los cinco organizadores y la colaboración desinteresada de mentores y jurado, lo que me lleva a la convicción de que con jóvenes con esta capacidad de entrega, tenemos futuro como país.

Gracias a Pili, Alfonso, Antonio, Manuel, Miguel y Asier por permitirme vivir la experiencia de primera mano, y mi enhorabuena a todos.
(Una tarea así de dura exige avituallamiento)

viernes, 7 de diciembre de 2012

No existen fondos para actualizar las pensiones, pero...

De nuevo, el rodillo, el abuso... Quien quiera financiación de fundaciones, que se la pague, señores Rajoy y Rubalcaba.

Cuando ya tenía subida la entrada, me encuentro con esta ampliación de la noticia, que me lleva a una inmediata exclamación: ¡desgraciados!


jueves, 6 de diciembre de 2012

«Me duele lo que ocurre en este país» (Edmundo Reboredo, octogenario padre de David)


Hace unos diez años, a media tarde, nos levantaron con toda limpieza un bolso en un lugar público y concurrido. Todavía recuerdo el hecho con rabia, indignación e impotencia: documentación, tarjetas, dinero de bolsillo, teléfono, llaves..., un buen pellizco en miles de pesetas en gastos, molestias a raudales y el disgusto consiguiente. Después de todo este tiempo, si hoy me enterase de que aquel par de zánganos ingresaran en prisión, lo celebraría.

Supongo que, en sus años oscuros, David debió de cometer pifias, tropelías, hurtos..., y cabe pensar que las personas afectadas no los hayan olvidado y celebren la ejemplaridad.

Tal cual se presenta la noticia y su desarrollo, no me atrevo a pedir el indulto para David, pero, después de dos años desenganchado e integrado, estimo que se merece, al menos, una segunda oportunidad.

sábado, 1 de diciembre de 2012