Dentro de poco se cumplirán cuatro siglos de la fundación en Madrid de la Hermandad del Refugio. Al anochecer, un jesuita y media docena de locos se echaban a las calles de la capital y conducían al refugio a los sin techo, administraban la unción de enfermos a los moribundos, enterraban a los muertos sin recursos y entregaban un panecillo y un huevo duro a los hambrientos. Cuatrocientos años después...
martes, 5 de noviembre de 2013
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