miércoles, 13 de octubre de 2010

El final de la larga noche de piedra

Imagen de El País digital.

Cuando, hace 69 días, 33 mineros chilenos quedaron aislados a 600 metros de profundidad en el desierto de Atacama, no pude evitar que viniera a mi memoria el poema que Celso Emilio Ferreiro titula Larga noche de piedra y que reza:

El techo es de piedra.

De piedra son los muros

y las tinieblas.

De piedra el suelo

y las rejas.

Las puertas,

las cadenas,

el aire,

las ventanas,

las miradas,

son de piedra.

Los corazones de los hombres

que a lo lejos acechan,

hechos están

también

de piedra.

Y yo, muriendo

en esta larga noche

de piedra.

Por fortuna, la tragedia trascendió al orbe, lo que, a nuestro entender, movilizó a los políticos, a la ciencia…, hasta alcanzar el resultado que el mundo ansía conocer: la recuperación, sanos y salvos, de los 33 mineros. Cuando cuelgo estas líneas en el blog han salido a la superficie 19 profesionales y todo hace pensar que en unas horas haya finalizado la odisea.

Por una vez, el sistema se volcó en pro de los débiles; por una vez fueron horadadas las piedras y practicada la senda de salvación. Enhorabuena y felicidades a los afectados y a sus familias, y un fuerte abrazo a nuestro amigo Pato.

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