viernes, 29 de marzo de 2013

Sólo el que sabe es libre...


Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas.
(Gregorio Marañón)
¡Serán...! ¿Sería esa su actitud si el octogenario fuese su padre?


El secreto de la justicia consiste en ponerse en el lugar de los demás (también firmada por don Gregorio).

jueves, 28 de marzo de 2013

Divorcio entre los políticos y los ciudadanos


¿Es que los políticos no son ciudadanos? A veces, en verdad que no sé lo que son. Observa la captura que encabeza el post. ¿Es que los políticos no tienen derecho a desconectar, solazarse y disfrutar de unos días de asueto? ¡Faltaría más! Pero, ¿y la dignidad? Sin duda, deberían atender al mensaje del papa Francisco invitando a los sacerdotes a desplazarse a las «periferias», y seguir su ejemplo. Porque, ¿qué denota esta noticia?
Denota necesidad, hambre, posguerra, auxilio social en pleno siglo XXI.
¿Y esta otra?
Esta confirma el divorcio a que alude el título. Y no me preguntes por una posible solución, que no la tengo..., o sí, pero soy incapaz de plasmarla por políticamente incorrecta.


jueves, 21 de marzo de 2013

Bankia


Tal vez como continuación de la entrada de ayer, un querido amigo me envía la captura de SMS que ilustra este post. Tus ojos, como los míos, se habrán congelado en la TAE: 22,42%. ¿Escribo abuso? ¡No!
Escribo USURA, que para la Real Academia Española es «Ganancia, fruto, utilidad o aumento que se saca de algo, especialmente cuando es excesivo».
Y nosotros, ¡clientes de unos usureros desde hace más de un cuarto de siglo!
Difúndelo, que nos enteremos todos.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Banco Popular


Banco Popular. Esta mañana acudí a una oficina urbana del Banco Popular a fin de ingresar 35,75 euros en la cuenta de un cliente de la institución. Mi sorpresa fue mayúscula cuando la cajera me pidió 1,5 euros extra, pago por incluir mi nombre como hacedor del ingreso. ¿Cabe imaginar el realizar un ingreso anónimamente en la cuenta de un tercero?
Todavía no salgo de mi asombro. Insisto, no realicé una transferencia desde el Banco Popular, sino un ingreso en una cuenta del propio banco; y para que no cupiese duda, la cajera me expidió un recibo reconociendo la mordida. Lo lamento, o no, pero no pude evitar llamarles ladrones a la cara.
Si los consumidos consumidores fuésemos conscientes de nuestra fuerza como colectivo, si nos uniéramos y vetáramos y boicoteáramos a quienes nos roban, no tendrían más remedio que echar marcha atrás en prácticas así de escandalosas y fraudulentas o se verían obligados a echar el cierre.
Si estás de acuerdo, haz circular el post.

martes, 19 de marzo de 2013

El derecho de asilo del viejo hospital de peregrinos


Hace unas horas recibo la llamada de mi admirado H. recordándome que llevo dos meses sin actualizar Manólogos. Gracias, amigo, por hacérmelo presente; pero, es tanta la inmundicia que nos invade que no creo que Internet lo soporte. No obstante, no quisiera defraudarte, y voy con una nueva entrada.
Creo que nadie me discutirá que una de las plazas más universales de la aldea global en que vivimos es la del Obradoiro. Está delimitada en uno de sus lados por el Hospital Real, hoy Hostal de los Reyes Católicos, espléndido hotel de lujo. Este viejo hospital de peregrinos debe su existencia a la acción de los Reyes Católicos que, tras la impresión que vivieron al contemplar el estado de los peregrinos que alcanzaban Compostela, lo fundaron y dotaron. Admira su portada, plateresca, minuciosa, detallista, casi un retablo en piedra; fíjate en la cadena que lo rodea, de mediados del siglo XVI. Estas cadenas se asocian con el derecho de asilo y la especial jurisdicción de que gozó: un delincuente solo podría ser juzgado por el administrador del centro si conseguía entrar en él o, simplemente, tocar sus cadenas.

Imagen de Wikimedia.

Puedo imaginar tu gesto de sorpresa buscando la relación entre los políticos presuntamente corruptos, siempre presuntamente, asidos al sillón de sus entretelas, como reza la canción, y las cadenas del viejo hospital de peregrinos. Cuentan las crónicas el caso de un desgraciado que sucumbió a la tentación de robar al capellán del Real Hospital, con lo que, descubierto, fue conducido a la cárcel; pero, he aquí que, casi milagrosamente, consiguió escapar; capturado, recibió cien azotes por huir, debió restituir lo robado y, además, en castigo por ladrón, recibió otros cien azotes y perder las orejas, que le fueron sajadas a continuación de recibir los doscientos azotes. Si estos y todos los presuntos que nos llevaron al abismo en que nos encontramos vivieran en sus carnes el efecto de la especial jurisdicción del viejo hospital, seguro que otro gallo nos cantaría.