sábado, 10 de julio de 2010

Manoliño, en la inopia


Mi querido Tolico:

Hace unas semanas, de pronto, me sorprendí: comencé a ver banderas españolas colgando de balcones, y hasta niños con banderitas de mano. No pude evitar acordarme de nuestro colega Asier cuando hace dos años se desplazó con unos compañeros desde Wroclaw (Polonia) a Viena para vivir de cerca el triunfo de la selección española en la Eurocopa; y cómo nos narraba la emoción de hallarse a miles de kilómetros de España rodeado de miles de banderas de España. De resultas de aquella experiencia conservamos una bandera española en casa.

Y yo, que tengo a gala ser español, pero que no me considero nacionalista español, hace unas semanas, viví con emoción la eclosión de banderas de España: claro, estaba a punto de hacerse pública la sentencia del Tribunal Constitucional a propósito del Estatuto de Cataluña y yo relacionaba las banderas observadas con la esperada sentencia. Y así lo manifesté en casa mientras comíamos. ¿Te narro la continuación? Tu colega y su madre me observaron con gesto de sorna para luego mirarse con complicidad: hete aquí que las banderas aludían al campeonato mundial de fútbol.

Para esta tarde está convocada en Barcelona una manifestación de respuesta a la sentencia aludida, y mañana, la selección española de fútbol disputará en Sudáfrica la final del campeonato mundial.

Más de cuatro millones de ciudadanos parados, congeladas las pensiones, rebajado el salario de los funcionarios, abaratado el despido en un 50 %, a punto de endurecerse las condiciones para la obtención de la jubilación, un más que influyente/decisorio organismo internacional demandando más reformas… y los españoles, anestesiados con La Roja, con el pulpito, con Manolo el del Bombo, con… Ya sé, Tolico, ya sé que tu amigo Manoliño está en la inopia.

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