martes, 23 de noviembre de 2010

En torno al sistema financiero


Imagen de Wikipedia.


(A propósito del salvavidas a Irlanda y de las barbas del vecino)

Querido Tolico:

Permíteme comenzar por el final: en la sociedad invertebrada y adormecida del período de entre siglos, tenemos los gobernantes y el país que nos merecemos, y ya sé que te parece un comienzo rompedor, pero, por desgracia, así lo siento.

¡El sistema financiero! Al grano, Tolico. Hace 30 años, el acceso a un crédito hipotecario para adquirir una vivienda resultaba tarea imposible para el ciudadano común. El modo más habitual de acceso a ella pasaba por solicitar un préstamo destinado a adquirirla. Y, ahora, las condiciones: el préstamo no debía superar el 80% del valor del bien, debías acreditar un trabajo razonablemente estable, la amortización no debía superar el 30% de los ingresos y, además, debías aportar dos avalistas que a la entidad crediticia le merecieran confianza.

En plena fiesta nacional de la burbuja inmobiliaria se regalaron hipotecarios por valor superior al de compra del bien, se regalaron a personas con estabilidad laboral precaria o nula, sin exigencias, sin…, sin pies ni cabeza en muchísimos casos. Pero las burbujas tienen la mala costumbre de dejarse arrastrar por el aire, y en ese movimiento, a menudo, pinchan, y cuando pincha la burbuja vamos cayendo atropelladamente unos tras otros por efecto dominó o efecto bola de nieve, las entidades financieras se ven desbordadas de fallidos y con una cartera inmobiliaria espectacular, lo que conduce a una cuenta de resultados deprimente, todo lo cual obligó al sistema a inyectar liquidez (dinero de nuestros impuestos) a buen número de entidades. Abruman las cifras que se barajan y los ciudadanos desconocemos a qué instituciones han ido a parar y en qué cuantía.

Mientras bancos como ING y alguno americano han comenzado a devolver a sus Estados el dinero prestado, aquí, no sólo seguimos a verlas venir, sino que nos desangramos más a cuenta de las fusiones de las cajas, fusiones que llevan camino de transformarlas en bancos, dicho lisa y llanamente, y no veo en los medios de comunicación que se pida cuentas a sus gestores (excepto tímidamente en dos casos) ni tampoco al organismo encargado de supervisar empresas tan sensibles. ¿Entiendes algo, Tolico? Yo, tampoco. Entre tanto, a los pobres contribuyentes se nos vendió que esas inyecciones revertirían en la concesión de créditos al consumo y a las pequeñas y medianas empresas y que serían devueltas oportunamente, y hasta algunas de estas instituciones publicitan créditos «preconcedidos» por valor de no sé qué barbaridad de millones. Por favor, que no somos tontos: cállense si no tienen nada de interés que decir y, si no quieren confundir, háblennos de los concedidos realmente y no de los preconcedidos, que salta a la vista que el grifo se halla seco. Por otro lado, estas instituciones tomaron dinero de Europa al 1% y se lo prestaron al Estado a un interés unos puntos superior, y otra vez te pregunto, Tolico: ¿entiendes algo?

Menos mal que nuestro sistema financiero, al decir de los políticos de turno, es solvente, que si no…

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