lunes, 1 de noviembre de 2010

«Llámame héroe si…»

Imagen de Wikimedia.

Querido Tolico:

Gracias a Pato una vez más por sus visitas a esta atalaya y también por sus intervenciones, y el deseo de todos nosotros de que su paso por la Comisión Europea le resulte gratificante y provechoso. La última aportación de Pato incluye el pensamiento de uno de los 33 mineros-milagro chilenos, Edison Peña, una aportación más propia de un filósofo que de un trabajador manual sometido a un riesgo fortísimo, y que dice:

Llámame héroe si logro cambiar la mentalidad individualista que nos consume, si mejoran las condiciones laborales para los esforzados trabajadores de mi país, si a quienes sufren derrumbes en su vida les motivo a ver el sol.

¡Hermosa la claridad de pensamiento de Edison Peña! Ojalá que su intervención sea la semilla que casi todos deseamos ver florecer, una semilla capaz de tender los puentes levadizos que rompan el enquistamiento de tantos y tantos castillos. Bien por Edison, y que la semilla fructifique y se multiplique.

P.D.:

Unas pocas horas después de redactar estas líneas, nos abandonaba Marcelino Camacho. A él dedicamos un post hace meses y, sospechando la hipocresía y el ansia de protagonismo de tanto enfermo de egocentrismo, preferí retrasar la difusión de esta entrada. En la capilla ardiente se hicieron la foto tirios y troyanos, y también aquél que bien vivió en la diáspora tras la Guerra Civil y mejor vive en la actualidad; la pena por su desaparición alcanzó a «organizaciones empresariales y partidos políticos», y un mindundi que va de comunicador recordó en antena su estancia en Carabanchel con el finado, cuando en aquellos tiempos el susodicho no alcanzaba siquiera a ser becario. ¡Qué tristeza, don Marcelino! ¿Dónde estaba este coro de palmeros mientras usted se pudría en Carabanchel?

Querido Tolico: Marcelino Camacho nos legó lo más difícil, el ejemplo, el ejemplo de su actitud ante la vida día a día hasta el último instante de su existencia. Descanse en paz, señor Camacho, que se lo ha ganado a pulso. ¡Cómo le echamos de menos! Nuestras condolencias a su familia y tres perlas de su pensamiento:

  • Libertad, justicia social y paz, pero siempre igualdad.
  • Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar.
  • Si uno se cae, se levanta y sigue adelante.

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