jueves, 26 de julio de 2012

sábado, 21 de julio de 2012

viernes, 13 de julio de 2012

No es justo

Tirios y troyanos, troyanos y tirios son el mismo perro con distinto collar. Unos y otros, otros y unos fueron/son incapaces de tomar el toro por los cuernos y poner patas arriba los diecisiete estaditos dentro del Estado y exigir cuentas a la caterva de chupópteros y de mamones (muchos de ellos tirios y troyanos, troyanos y tirios) que nos condujeron donde nos encontramos.

Nuestra situación como país se me antoja semejante a la vivida en mi niñez por mi tía abuela Dolores. Un desalmado engañó económicamente a su hijo y la sumió, como matriarca de la casa, en la obligación de reponer la deuda generada; tal reposición la obligó durante años a alimentarse de sardinas y chicharros, el pescado de menor precio de la plaza (su hijo, hijo único, mientras tanto, había fallecido en la emigración intentando saldar la deuda generada por aquel indeseable).

No es justo lo que hoy plantea en el Consejo de Ministros, señor Rajoy, no lo es. En la campaña electoral, hablaba usted de un déficit que Funcas triplicaba, y decía saber cómo arreglar el entuerto. Y cae en el error de los otros de cargar el mochuelo a la herencia, que es real, pero no es menos cierto que su partido y, por tanto, también usted, son copartícipes de generarla. Por razón de paisanaje (en esta plataforma expresé mi crítica a algunas de sus actitudes y actuaciones), me siento proclive hacia su persona, pero siento que no me deja margen: estoy seguro de que, una vez más, otro vendrá que bueno le hará, pero esto no es óbice para que discrepe radicalmente: con Europa o sin ella no puede usted cargar el complot en contra de España al común de los ciudadanos, que nada hicimos por generar el abismo en que nos encontramos. Y no diga que le duele tomar las medidas que acaba de decretar, que no le creo. Don Nicolás Salmerón, uno de los efímeros presidentes de Gobierno de la efímera I República, forzado a restablecer la pena de muerte, con la que estaba en desacuerdo, prefirió irse a su casa antes de firmar tal.

Y para finalizar esta entrada no puedo evitar acordarme de Galdós cuando escribe en Fortunata y Jacinta que «La moral política es una capa con tantos remiendos que no se sabe ya cuál es el paño primitivo».

martes, 10 de julio de 2012

Pasan los días, pero nada cambia

Leo el discurso de ingreso en la Real Academia Española de don Luis Ángel Rojo, pronunciado el 1 de junio de 2003. El economista describe así el Madrid de mediados del siglo XIX:

… La inversión en la industria madrileña fue escasa en el período. Los obstáculos que el deficiente suministro de agua y los inadecuados transportes habían puesto al desarrollo de la industria se vieron paliados con la llegada del agua del Canal de Isabel II en 1854 y con el desarrollo de la red radial de ferrocarriles y la entrada en funcionamiento de las estaciones de Príncipe Pío y de Atocha, más tarde ampliadas y renovadas y completadas con la de Delicias; pero la ciudad seguía careciendo de materias primas cercanas y de energía barata, su mano de obra estaba poco cualificada, los tipos de interés eran altos como consecuencia de las necesidades financieras de la Hacienda Pública y, sobre todo, la burguesía madrileña continuaba sin interesarse por los riesgos industriales, a diferencia de lo que ocurría en otras ciudades del país.

La inversión preferida por esa burguesía, a partir de la desamortización de Mendizábal, fue la vivienda, y la actividad de la construcción otorgó un impulso fundamental al clima económico de la ciudad en el período…

domingo, 8 de julio de 2012

Obama pide a los estadounidenses que confíen en él

Lo escribí entonces, cuando, tras ardua batalla, alcanzó la anhelada presidencia: el señor Obama es humano y errará e incumplirá sus promesas. A uno, por desgracia, no le ha sido dado el don de la anticipación; sencillamente, es cuestión de sentido común y de años a las espaldas. Y en verdad que lamento no haberme equivocado. Cuando pienso en él a solas consigo mismo, lo imagino desbordado de amargura por tener que aceptar la imposibilidad de llevar a cabo el rosario de proyectos con que ilusionó a medio mundo. ¡Lástima!

lunes, 2 de julio de 2012

¿Histeria colectiva?

Es bien conocido que un numeroso grupo de españoles tiene el fútbol como válvula de escape. Higiénico y sano. Higiénico y sano mientras esa válvula de escape se mantenga dentro de unos cánones. Ciudadanos progresistas criticaron y critican la dictadura, entre otros, porque, en momentos particularmente delicados, distraía y adormecía la atención de los españoles con partidos de fútbol de ringorrango y con corridas de toros que se salían. Esta noche, la televisión nos muestra el fabuloso espectáculo de miles de ciudadanos concentrados en la plaza de Cibeles jaleando hasta la extenuación a la Selección Española de Fútbol. Enhorabuena a nuestros futbolistas, la admiración del mundo, pero, ¡ya está bien de tanto circo y de tan poco pan!

Cuando hace unas semanas se produjo la sesión inaugural de la Eurocopa, me encontraba en Wroclaw, en Polonia, y, sin que me atraiga para nada el fútbol, viví la experiencia de la retransmisión por televisión de la confrontación entre las selecciones polaca y griega al lado de centenar y medio de polacos entusiastas de lo suyo. Nada más finalizar el himno griego, espontáneamente, con naturalidad y con todo respeto, mis amigos polacos —y también yo, por supuesto— se pusieron en pie, firmes y con la mano derecha sobre el corazón. Y, observando el espectáculo de Cibeles, no puedo evitar preguntarme cuántos de esos compatriotas se levantaron alguna vez en su vida al sonar el himno nacional español, cuántos se sumaron a la última huelga general, cuántos…, porque parece que se nos haya olvidado que ayer se puso en marcha el copago/repago sanitario, aumentaron su precio la energía eléctrica, la bombona de butano y el gas natural, bajó el salario de los funcionarios de la Comunidad de Madrid, supimos que se agrava la recesión en España, que el Gobierno estudia subir el IVA…, y hoy, el señor Rajoy nos avanzó la necesidad de continuar con las reformas, que ya sabemos lo que eso significa, y nuestra prima superó a la de Irlanda. ¿Continúo?

Chapó por las válvulas de escape racionales, pero, a la vez, mi crítica más acerada al circo sin pan.