—¿En torno a la gestión pública, Manoliño? ¿No habíamos convenido que ni religión ni política? Si continúas así, acabaré montando mi propio blog.
—Espera, Tolico, y dime si no resulta sangrante. Dos noticias relativas a la gestión pública tras cuya ejecución se hallan grupos políticos antagónicos:
Por un lado, se critica que el Sr. Gallardón dedique más dinero al concierto que el maestro Barenboim dirigió en la Plaza Mayor madrileña que al asignado a la banda municipal de la ciudad para todo el año.
Por otro, 78 de los 109 trabajadores del ayuntamiento de Mondoñedo todavía no cobraron el salario correspondiente al mes de julio. Y el señor alcalde lo acredita, lo siente y lo justifica (¡si Cunqueiro o Pardo de Cela levantaran la cabeza!). Mondoñedo es otra de las villas —posee la categoría de ciudad desde mediados del siglo XII— en la que no me importaría perderme, pero esto se sale. ¿Resulta lógico que un municipio que no alcanza los 5.000 habitantes necesite de más de 100 trabajadores municipales y de dos concejales con dedicación exclusiva?
—No sigas, Manoliño. Tú lo expresaste aquí hace unas semanas y yo lo rubrico de nuevo: mientras que los ayuntamientos, las comunidades autónomas y el propio estado no sean gestionados como si se tratase de una simple economía doméstica, peligra el buen uso que se haga de los impuestos de los indefensos ciudadanos de buena fe.
Gallardón-Barenboim
Mondoñedo 1, Mondoñedo 2, Mondoñedo 3, Mondoñedo 4—Espera, Tolico, y dime si no resulta sangrante. Dos noticias relativas a la gestión pública tras cuya ejecución se hallan grupos políticos antagónicos:
Por un lado, se critica que el Sr. Gallardón dedique más dinero al concierto que el maestro Barenboim dirigió en la Plaza Mayor madrileña que al asignado a la banda municipal de la ciudad para todo el año.
Por otro, 78 de los 109 trabajadores del ayuntamiento de Mondoñedo todavía no cobraron el salario correspondiente al mes de julio. Y el señor alcalde lo acredita, lo siente y lo justifica (¡si Cunqueiro o Pardo de Cela levantaran la cabeza!). Mondoñedo es otra de las villas —posee la categoría de ciudad desde mediados del siglo XII— en la que no me importaría perderme, pero esto se sale. ¿Resulta lógico que un municipio que no alcanza los 5.000 habitantes necesite de más de 100 trabajadores municipales y de dos concejales con dedicación exclusiva?
—No sigas, Manoliño. Tú lo expresaste aquí hace unas semanas y yo lo rubrico de nuevo: mientras que los ayuntamientos, las comunidades autónomas y el propio estado no sean gestionados como si se tratase de una simple economía doméstica, peligra el buen uso que se haga de los impuestos de los indefensos ciudadanos de buena fe.
Gallardón-Barenboim
P.D.: Tolico nos concede unos días de asueto. Nos reencontramos pronto. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario