miércoles, 1 de julio de 2009

Tolico eligió la libertad, un imposible



La viveza de Tolico, captada por Asier.

Por fin, después de un par de semanas, vuelvo al blog. La primera consideración que se me suscita es a quién escribo hoy: ¿a ti, amable lector?, ¿a Tolico?, ¿o a los míos y a mí mismo? Me dejaré llevar y veremos qué resulta.

Sucedió hace medio mes por la mañana. Yo me encontraba trasteando en mis cosas y Tolico, como era habitual, cantaba y volaba por la casa de acá para allá. En un momento dado, dejé de percibirlo, pero no le di importancia. Algunos minutos después, eché un vistazo, no lo vi y supuse que se encontraría relajado en algún rincón fresco, como hacía tantas veces en este tiempo. Un poco más tarde, comencé a preocuparme. Lo busqué por todas partes, incluidos los armarios de la cocina, subí a la terraza, bajé planta a planta revisando cada ventana de la escalera, rodeé la manzana y las inmediatas…, y nada. Resultaba evidente que se había ido y me sentí presa de un tremendo desasosiego.

Los vecinos saben de su ausencia; dimos la voz de alarma en los establecimientos inmediatos; hemos hecho sonar la Sinfonía de los Juguetes, su melodía favorita, como un auténtico sin fin, pero nadie tiene conciencia de haberse cruzado con Tolico… Y cuando volvemos a casa debemos enfrentarnos a la realidad de que no está. ¿Es una tragedia que ya no esté? Según crezco en años, me convenzo de que únicamente podemos entender en los demás lo que hayamos vivido en nuestro pellejo.

En un primer momento fui incapaz de percibir por dónde se había marchado el colega. Luego, caí en la cuenta de que una cortina dejaba abierto un palmo de ventana cruzada; y esa ventana, confín y barrera hasta entonces, se transformó en el pasaporte a su libertad. ¿A qué libertad? A un imposible, porque Tolico nació en cautiverio y creció y vivió querido, mimado y desconociendo la dureza y la rudeza de la vida más allá de estas cuatro paredes. Tal vez la curiosidad y especialmente los subidones de testosterona que experimentaba periódicamente, le llevaron a intentar independizarse; y al tercer intento, lo logró. En muchas ocasiones se me partió el alma estos días imaginándolo acurrucado, presa de la angustia, del temor y de la inanición.

¡Pobre Tolico! Su Olivo lo sabe vivo, prisionero en alguna jaula, y no deja de penar. Yo lo imagino vivo también, al otro lado del tiempo, «juegando» con el abuelo Cesáreo, posado en su hombro, provocándolo, picoteándole los dedos…

¿Y el blog? El blog es Tolico. Él es su alma, su estrella, y sin él, sin su participación, esta tribuna resultaría un fraude. Así que, desde hoy, el blog se reorienta y evoluciona a Cartas a Tolico.

P.D.: Gracias a l@s amig@s «anónim@s» que estos días de sequía nos dejaron sus aportaciones. «El hábito de pensar» ¡Pensar! ¿Estás loc@, estimad@ amig@ anónim@?
Asier acaba de atravesar Europa a lomos de su Polski. Si Tolico estuviera aquí diría: ¡Colegas, visitad la página de Asi, que ha incorporado obras nuevas!

2 comentarios:

LALY dijo...

!CIERTO¡ ESCOGIÓ SU LIBERTAD,PERO AQUI TODOS ESPERAMOS CADA DIA,POCO TIEMPO ESTUVE EN MADRID Y SALI EN SU BUSCA,TODOS LOS CANTOS ME PARECIAN LOS DE BARTOLO Y NO ME IMPORTO QUE LA GENTE ME MIRASE CUANDO YO LO LLAMABA...ESPERANDO ENCONTRARLO ¡ ENFIN ! SOLO NOS QUEDA EL CONSUELO QUE ALGUIEN LO TENGA Y CUIDE CON TANTO MIMO Y CARIÑO COMO SE CUIDABA EN ESTA CASA.BARTOLO SI TU LIBERTAD TE SIRVE PARA VER MUNDO Y DISFRUTAR MAS QUE EN CASA ¡ ENHORABUENA ¡ OJALA ASI SEA !

Anónimo dijo...

Me acabo de enterar de la ausencia de Tolico,no digo pérdida porque sólo se lo que me ha comentado Raquél.He estado sin ADSL y sin línea de teléfono por un error de telefónica.Por eso hoy mi oprimer día de vuelta al mundo os mando a tu mujer y a tí estas líneas y os acompaño en vuestro dolor.
Ojala hubiera novedades.!!
Un fuerte abrazo.Ascen