El texto nació de la pluma del Ramón por antonomasia, Gómez de la Serna, el amante de Madrid, y dice:
"Madrid es tener un gabán que abriga mucho y con el que se puede ir tranquilo hasta a los entierros con relente. Madrid es no admitir lo gótico. Madrid es la improvisación y la tenacidad. Madrid es quedarse alegre sin dinero y no saber cómo se pudo comprar lo que se tiene en casa. Madrid es un lugar de pocas palmeras. Madrid es presenciar cómo los churreros hacen los churros como si hiciesen monedas falsas, algo clandestino en la noche, pero legítimo en la mañana."
sábado, 9 de agosto de 2008
Madrid es…
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3 comentarios:
Yo llegué a Madrid y me fascinó la luz brillante, el cielo azul, que parece estar más cerca, y el aire transparente en el invierno, que permite una vista nítida hasta las cumbres nevadas del Sistema Central. También las estatuas de los héroes, la primavera en el Retiro, y la blancura de las piedras calcinadas por un poniente de justicia. Y me quedé.
Después resultó que la moneda tenía una cruz (muchas cruces), y aparecieron ante mis ojos la lenidad y los abusos de una administración pública corrupta; la competencia feroz por rebañar las migajas y sobrevivir; las viviendas-chabola de dieciséis metros cuadrados a las que no llega el sol, o que se tuestan a todos los soles... y finalmente, los que me habían precedido con menos fortuna y que habían terminado por dormir en los soportales de la Plaza de España metidos en cartones de nevera. Y tuve que marcharme para no terminar como ellos.
Lo expresas con todo realismo, Glo. Pasan los años, pero apenas cambia la vida, apenas cambiamos la vida; y al otro lado de la cara, indefectiblemente, encontramos la cruz, "muchas cruces", como tú dices.
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