lunes, 6 de septiembre de 2010

«Rebelión en la granja» y la libertad de prensa


Mi querido Tolico:
Hoy, los grandes medios de comunicación inician nueva temporada, y el hecho me lleva a formularme una sencilla pregunta: ¿informan con objetividad los medios de comunicación?

Rebelión en la granja, de Orwell, fue editado en 1945, después de que cuatro editores rechazaran el original por razones diversas. En 1971, accidentalmente, fue descubierto el manuscrito del prólogo que el propio Orwell escribió para la obra y que tituló «La libertad de prensa». De ese prólogo manuscrito recojo el extracto realizado por el propio autor de la carta de respuesta de uno de los editores que rechazaron su obra (otros editores ni se tomaron la molestia de responderle):

Me refiero a la reacción que he observado en un importante funcionario del Ministerio de Información con respecto a Rebelión en la granja. Tengo que confesar que su opinión me ha dado mucho que pensar... Ahora me doy cuenta de cuán peligroso puede ser el publicarlo en estos momentos porque, si la fábula estuviera dedicada a todos los dictadores y a todas las dictaduras en general, su publicación no estaría mal vista, pero la trama sigue tan fielmente el curso histórico de la Rusia de los Soviets y de sus dos dictadores que sólo puede aplicarse a aquel país, con exclusión de cualquier otro régimen dictatorial. Y otra cosa: sería menos ofensiva si la casta dominante que aparece en la fábula no fuera la de los cerdos. Creo que la elección de estos animales puede ser ofensiva y de modo especial para quienes sean un poco susceptibles, como es el caso de los rusos.

¡Libertad de prensa! Realmente, ¿existía en aquel momento una prensa libre, neutral, equidistante…? Medio siglo largo después, ¿cual es el estado de la información?

Mi querido Tolico, entra a Internet, lee periódicos, escucha emisoras de radio, visualiza los informativos de las televisiones y dime si percibes libertad de información o sometimiento a quien paga, a sus intereses, a sus ideas, a… No me respondas, que no quiero ponerte en compromiso tal. Simplemente, déjate llevar. Observa, reflexiona y ya me responderás cuando nos encontremos.

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