Lo bueno de ser Tolico es que, a menudo, pasas desapercibido. Y así, pululas por la casa, te posas aquí, cotilleas allá, y todo sin llamar la atención. Pues bien, aprovechando una vez más la ausencia de Manoliño, cotilleo su tarea del fin de semana —¡qué puñetero, quisiera que el centro cultural del pueblo de mil habitantes en que se aisla abriera sus puertas sábado y domingo para que él pudiera subir su post!— y encuentro que ¡sólo escribió unas cuartillas! Cotilleo. En la redacción final de su viaje por la Costa de la Muerte, ¡todavía va por Corme!: a lo mejor, para cuando se jubile, habrá terminado. Insisto en lo del cotilleo, y escribe: “… si a Francisco Antonio Mourelle de la Rúa le fuese dado enviar un mensaje a esta dimensión nuestra, sería para avergonzarnos, a los suyos y al sistema”. ¡Al sistema! Y mis queridos amigos, ¿a que no imagináis lo que descubrí ayer? En la sobremesa, en no sé qué cadena de televisión, porque en esta casa no hay quien se centre, un varón de fuste espetaba a una jueza: “…tú eres el sistema…” Luego, aplico el silogismo: si en la película la jueza es el sistema, en la realidad, Manoliño es también el sistema. ¡Qué petardo! Habla del sistema siempre en impersonal, como si él no lo integrara. Pues bien, la televisión, que no engaña ni se equivoca, ha demostrado palmariamente con la proyección de la película a que aludo que Manoliño es el sistema. Por tanto, nada de guarecerse en la barrera. ¡Manoliño, de nada, colega!
lunes, 29 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario