—¡Torpe naturaleza! ¡Torpe naturaleza! ¡Torpe naturaleza!...
—Ya te oigo, Tolico, pero, aclárate.
—De modo que la naturaleza es sabia, ¿eh? Pues de sabia, nada: torpe y bien torpe. ¿No te encantan las hormigas? ¿No has leído un sesudo ensayo en torno a ellas? ¿Y a que no sabes que una especie de hormigas prescinde de los machos y se reproduce por clonación? Se creerán los investigadores que se hallan en vanguardia. ¡Pobres!
—Lo que no entiendo, colega, es el motivo de tu alarma.
—¡No lo entiende! ¡Manoliño no lo entiende! No me extraña: el tiempo otoñal que hoy vivimos te enfría la calva. ¿Te imaginas si cunde el ejemplo? ¡Ni para el apareamiento nos van a necesitar!
—Ya te oigo, Tolico, pero, aclárate.
—De modo que la naturaleza es sabia, ¿eh? Pues de sabia, nada: torpe y bien torpe. ¿No te encantan las hormigas? ¿No has leído un sesudo ensayo en torno a ellas? ¿Y a que no sabes que una especie de hormigas prescinde de los machos y se reproduce por clonación? Se creerán los investigadores que se hallan en vanguardia. ¡Pobres!
—Lo que no entiendo, colega, es el motivo de tu alarma.
—¡No lo entiende! ¡Manoliño no lo entiende! No me extraña: el tiempo otoñal que hoy vivimos te enfría la calva. ¿Te imaginas si cunde el ejemplo? ¡Ni para el apareamiento nos van a necesitar!
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