jueves, 30 de octubre de 2008

Tolico se muda a Vilastose

—Me voy, Manoliño, me voy, me mudo.
—No entiendo nada, colega.
—No es porque ayer no hayas puesto post, que ya sé que estás muy cogido. Yo soy mayor y debo cuidarme.
—¿Es que no recibes atención en esta casa?
—No quieres entenderme, Manoliño. Fijo mi residencia en Vilastose porque no quiero morir.
—¿Es que en esa parroquia de Muxía, en la Costa de la Muerte, mana la fuente de la eterna juventud?
—Ignoro a qué se deba, pero allí la lógica de las estadísticas se hace añicos porque muchos vecinos sobrepasan el siglo de vida y no fallece nadie antes de cumplir los noventa. Y tú, sin decírmelo. Anda, entérate aquí.

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