jueves, 26 de febrero de 2009

«No sólo de pan vive el hombre…»


(Reparto de pan entre campesinos, siglo XIV. Imagen de Wikipedia)

—Mi querido Tolico: ayer fui testigo involuntario de un hecho tristísimo. En un pequeño hipermercado de barrio, un caballero de aspecto normal, yo diría que de buen aspecto, salía del recinto aparentemente sin realizar compra alguna. Al atravesar el arco de control, sonó un pitido y la cajera, jugándose el tipo, salió disparada tras él. Volvió con cuatro botellas de aceite de un litro.
—No creo, Manoliño, que se tratase de un cleptómano.
—Ni yo, colega. A esa hora, la noticia de un mendigo condenado a un año de cárcel por sustraer media barra de pan daba la vuelta al mundo.
—Yo, Manoliño, si te soy sincero, no me gustaría estar en el pellejo de la panadera, ¡vaya susto!, pero da la impresión de que a la Justicia se le fue la mano.
—¡Qué tristeza, Tolico! Cuán difícil debe de resultar encontrar el término medio: o no llegamos o nos pasamos unos cuantos pueblos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy de los que a veces no entiendo la justicia. Quizá deberían cambiarle el nombre para cuando se aplica con alguno, dependiendo de si roba, o mata, etc. Saludos, Jorge