sábado, 21 de marzo de 2009

De polizones en Wroclaw


Picota en la Plaza del Mercado de Wroclaw.
Imagen de Wikipedia.

Mi querido Tolico. Como sigues? Sabes que te echamos de menos. Te cuento: Del programa que realizamos, te destaco la visita al edificio fundacional de la Universidad, un edificio que nos recuerda en su concepcion y en su conjunto al que los madrilenos mayores conocen como Hospital Provincial y que para ti y para mi es el Museo Reina Sofia. En el pudimos admirar el Aula Leopoldina, asi llamada en recuerdo del emperador Leopoldo, el fundador, algo asi como el aula noble de la Institucion, levantada hace tres siglos y milagrosamente mantenida o restaurada, un autentico museo por si misma. Pero, lo que mas nos impacto fue comprobar el estado de ruina en que la segunda guerra mundial dejo este castillo y la tenacidad y el empeno con que los moradores de la ciudad lo estan restaurando. Admirable! Y la obligada reflexion: como es posible que los seres humanos tropecemos una y otra vez en la vieja piedra del conflicto armado? No tenemos remedio!

Cumplidas las nueve de la noche, decidimos volver al alojamiento. A pesar de nuestra pasion andariega, descartamos hacerlo caminando porque la iluminacion es mas que justa y deberiamos atravesar un area de parque que no contribuiria a serenar el espiritu. Asi que optamos por el taxi, pero en Wroclaw no debe de existir cultura de tomarlos al vuelo, sino en sus paradas, y no situabamos ninguna en el entorno. La alternativa, el tranvia. Y como las dos maquinas expendedoras de billetes fueran incapaces de realizar su funcion, subimos a la oruga por la patilla. En el trayecto, con evidente sentido de culpa, no pude evitar acordarme de la picota levantada en la Plaza del Mercado en el ano del descubrimiento de America y en la que se practicaron castigos corporales hasta finales del XVIII.

Cuidate y hasta pronto, colega.

P.D.: Como aprecias, sigo con los problemas de infraestructura de ayer.

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