—Mi querido Bartolo: observo la imagen de Maire Parker, una popular conductora de autobús escolar británica de 52 años y con más de 20 de experiencia en su trabajo, y no acabo de entender la razón por la que una empresa la rechaza mientras no adelgace.
—Supongo, Manoliño, que la empresa en cuestión preferiría que su plantilla de conductoras estuviera integrada por clones de mi amada Angelina Jolie; y la de conductores, por clones de Brad Pitt, para mayor gloria y deleite del departamento de personal y de los viajeros. Pero, hasta que eso suceda, el caso apesta a discriminación.
—De ahí a caer en la telaraña de las dietas milagro existe sólo un paso. El negocio de las dietas milagro mueve en España 2.000 millones de euros anualmente.
—¿No será, Manoliño, que la empresa británica posea intereses en el mercado de los productos milagro? En serio, colega, que la tasa de obesidad se haya doblado en nuestro país en los últimos diez años es para detenerse a reflexionar y para poner en marcha un plan meditado que frene esa tendencia y que nos haga recuperar el terreno perdido, y eso no lo lograremos mientras los ciudadanos no nos concienciemos y, como consecuencia, adquiramos hábitos correctos de alimentación y de vida. Lo demás es mirar a otro lado, engordar la cuenta de resultados del sector y provocar enfermedades y disparar los gastos sanitario y farmacéutico.
—Supongo, Manoliño, que la empresa en cuestión preferiría que su plantilla de conductoras estuviera integrada por clones de mi amada Angelina Jolie; y la de conductores, por clones de Brad Pitt, para mayor gloria y deleite del departamento de personal y de los viajeros. Pero, hasta que eso suceda, el caso apesta a discriminación.
—De ahí a caer en la telaraña de las dietas milagro existe sólo un paso. El negocio de las dietas milagro mueve en España 2.000 millones de euros anualmente.
—¿No será, Manoliño, que la empresa británica posea intereses en el mercado de los productos milagro? En serio, colega, que la tasa de obesidad se haya doblado en nuestro país en los últimos diez años es para detenerse a reflexionar y para poner en marcha un plan meditado que frene esa tendencia y que nos haga recuperar el terreno perdido, y eso no lo lograremos mientras los ciudadanos no nos concienciemos y, como consecuencia, adquiramos hábitos correctos de alimentación y de vida. Lo demás es mirar a otro lado, engordar la cuenta de resultados del sector y provocar enfermedades y disparar los gastos sanitario y farmacéutico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario