jueves, 29 de mayo de 2008

De nuevo, los grafitis, a caballo entre el vandalismo y el arte

(Vista parcial del Tate Modern realizada por Asi)

—Me voy, me voy, Manoliño, que no quiero desatar la ira de Asi con asunto así de polémico.
—¡Cobarde! ¡Tolico, cobarde! ¡Da la cara y no huyas! En serio, colega. Examinemos las dos caras de la misma moneda. Acaba de ser detenido en Orense un joven acusado de embadurnar vagones de tren (se estiman los daños en 12.000 euros), también inmuebles varios y, lo más denigrante, los muros de la catedral, que ya no se respeta nada.
—Estoy seguro de que hasta Asi censura una conducta así.
—Por otro lado, el Tate Modern, un precioso museo ubicado en una antigua fundición al lado del Támesis, acoge una muestra en la que ha sido invitado a participar Nano 4814, seudónimo de un joven grafitero vigués.
—Quiero pensar, Manoliño, que Nano habrá embadurnado, como tú dices, muchas paredes antes de atravesar la frontera que separa el mundo de la barbarie del olimpo del arte.
—No me cabe duda alguna, Tolico. Seguro estoy de que habrá vivido un largo y duro período de aprendizaje, la fase que probablemente desarrolla el joven orensano; lástima que este pintamonas no se dedique a grafitear —perdón por el término— la casa en que vive, en lugar de actuar como un auténtico vándalo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Lo primero, como odio no poder visitar algunas webs desde aquí, me habría gustado mucho leer las dos noticias del periódico pero las páginas no cargan.
Respecto al post de hoy, por supuesto que ni yo respeto una actitud como la de "guarrear" la iglesia, pero respecto a lo del Tate, otra muestra más de que el graffiti es un arte digno de exponerse en museos, aunque por otra parte, también pierde su naturalidad al no estar en la calle. Revolución! Justamente de esto hemos estado hablando hoy en clase, de si el arte implica un mensaje y una "revolución" y por supuesto algunas partes del graffiti lo cumplen a la perfección.
Que casualidad que justamente hables sobre esto en el post de hoy, justamente ayer compre unos sprays aquí, porque me he puesto de nuevo a diseñar plantillas y aquí son carísimos. Si para mi son caros, para la gente aquí es un lujo. Para que os hagáis una idea, en Madrid el mismo bote cuesta 2,50 y aquí al cambio 5... todo un lujo. Supongo que será porque pocas tiendas los venden y la demanda no será muy grande.

Un abrazo muy grande desde Wroclaw!

Con amor desde Polonia! Muuuuuuak!