sábado, 24 de mayo de 2008

“La vida imita al arte”

Óscar Wilde
(Imagen de Óscar Wilde tomada de su página oficial)

—¿No es usted el escritor Oscar Wilde?
—No, me llamo Sebastian Melmoth y no soy escritor.

Murió de meningitis y realizó el último viaje acompañado tan sólo de cinco personas. Óscar Wilde cultivó una capacidad de observación y un ingenio inhabituales. A su creatividad debemos docenas de pensamientos que servirán de reflexión a los seres humanos por toda la eternidad. Hoy sábado, siguiendo con nuestra tónica antológica, te ofrecemos éste:

“La vida imita al arte más que el arte a la vida. Los griegos, con su agudo instinto del arte, lo comprendieron así y, por ello, ponían en el aposento de la recién casada la estatua de Hermes o de Apolo, a fin de que pudiera concebir hijos tan hermosos como las obras de arte que, en su alegría o en su tristeza, contemplaba. Sabían que la vida no sólo toma del arte espiritualidad, profundidad de idea y sentimiento, inquietud o paz, sino que puede modelarse a sí misma siguiendo las líneas y colores del arte, y reproducir la dignidad de Fidias como la gracia de Praxiteles.”

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