miércoles, 21 de mayo de 2008

Otra vuelta de tuerca

—Como simple mortal, Tolico, echo la vista atrás y me asombra y me preocupa observar la deriva que nos toca vivir.
—Hoy eres tú, Manoliño, quien acude a esta cita con el tono bajo; anda, cuéntame tu cuita.
—De unos años acá, hemos perdido nuestra capacidad siderometalúrgica, nuestros grandes y pequeños astilleros, hemos arrancado cepas y olivos, hemos dejado de ser la potencia pesquera que fuimos…
—Con lo que me mola cabrearte llevándote la contraria, colega, lamento coincidir contigo; ahora bien, no es menos verdad que te expresas como un auténtico viejo. Por cierto, ¿quieres continuar?
—Llevamos camino de quedarnos sin buques de pesca.
—¿Es que no vamos a poder tomar pescado? ¡Dios! Si me quitan el placer que me queda, el de la mesa, ¿qué va a ser de mí?
—Descuida: consumiremos el pescado que capturen otros, a los que se lo compraremos y a los que regalaremos el negocio.
No puedo creerlo, Manoliño.

No hay comentarios: