—Mi querido Tolico: cuento... hasta ocho posibles asuntos a tratar provinientes de la prensa digital del día, además de los que constan en archivo y que no glosaremos nunca por falta material de tiempo.
—Pues, nada, Manoliño, iniciamos otro blog, o dos o los que hagan falta.
—¡Quita, loco! ¿De dónde sacaríamos tiempo para nada más? Centrémonos. Hace unas semanas, tuve conocimiento de la edición de un volumen que recoge la crónica de las últimas semanas de vida de don Ramón Valle, y hoy, su nieto, coautor del libro, rememora las horas finales del genio y el tremendo entierro que sufrió en la aldeana Compostela de 1936.
—Y, de esos hechos, te quedas con el hombre...
—Con el ser humano que, en la antesala de la muerte, se vuelve simple mortal y demanda un poco de agua que alivie la sequedad de sus labios.
—Pues, nada, Manoliño, iniciamos otro blog, o dos o los que hagan falta.
—¡Quita, loco! ¿De dónde sacaríamos tiempo para nada más? Centrémonos. Hace unas semanas, tuve conocimiento de la edición de un volumen que recoge la crónica de las últimas semanas de vida de don Ramón Valle, y hoy, su nieto, coautor del libro, rememora las horas finales del genio y el tremendo entierro que sufrió en la aldeana Compostela de 1936.
—Y, de esos hechos, te quedas con el hombre...
—Con el ser humano que, en la antesala de la muerte, se vuelve simple mortal y demanda un poco de agua que alivie la sequedad de sus labios.
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