miércoles, 30 de julio de 2008

La primera parte del viaje por la Costa de la Muerte toca a su fin

Mi querido Bartolo: ayer pateé Porto do Son y el faro de Corrubedo. Accedí a ellos por enésima vez, sólo que en esta ocasión con otros ojos. En el último cuarto del siglo XIX, el faro fue testigo del naufragio de dos lanchas de pesca locales con el resultado de 26 marineros ahogados (las dos tripulaciones), 17 viudas (4 embarazadas) y 40 huérfanos: una inconmensurable tragedia para un muy pequeño puerto de hace siglo y cuarto. Y más tragedias, como la del Salier, con 280 víctimas; o la del Santa Isabel, en la que las mujeres de Riveira, auténticas heroínas, se lanzan a la mar en sus pequeñas embarcaciones y rescatan a buen número de los supervivientes, con lo que pasaron a la Historia como Las Mujeres de Sálvora y consiguieron para la villa la distinción de Muy Noble, Muy Leal y Muy Humanitaria. Sucedió este último naufragio hace casi 90 años, y podría continuar.
La primera parte de la aventura toca a su fin. Me queda ahora ordenar y dar forma a las notas que fui tomando día a día, hora a hora, lugar a lugar. Y quieran los hados que la serpiente de la pila del agua bendita de la colegiata de Muros me preste una brizna de su saber en el intento.

martes, 29 de julio de 2008

Paso a Paso

Mi querido Bartolo: ayer me resultó imposible acudir a nuestra cita con el blog. Lo lamento de veras. No pretendo justificarme, pero créeme si te digo que pasear por el pequeño claustro del monasterio franciscano de Louro te transporta a otro mundo; tanto, que me quedé a comer en la hospedería. Y la guinda, Muros, una auténtica sinfonía en piedra, con sus arcadas, bajo las que tiempo ha se guarecían las pequeñas embarcaciones de pesca cuando se presentaba el temporal; con sus calles empedradas; con sus estrechos callejones, a veces de escalones, su grandiosa colegiata con una serpiente esculpida en el interior de la pila del agua bendita (la serpiente es la depositaria del saber en la mitología) y tantos atractivos más. Y un kilo de fanecas que compré al lado de la lonja (¡cuánto tiempo hace que no tomo fanecas!), porque volvía a la casa en que nací. Hoy, Porto do Son y el faro de Corrubedo, fin del viaje.

domingo, 27 de julio de 2008

“¿Puede ayudarme a subir?, porque para bajar, ya sabré valérmelas por mí mismo”

Fueron las palabras que Tomás Moro dirigió al verdugo que le cortaría la cabeza instantes después por no plegarse a los deseos de Enrique VIII. Y vienen a cuento estas palabras tan duras en día festivo como es hoy porque en la cima del Cabo da Nave (o de La Nave) hilé la hebra con dos jóvenes serios de la zona que me contaban que la pescadilla se pagó ayer en lonja a un euro y poco el kilo, lo que no les permite ni cubrir gastos siquiera; los pisos multiplicaron su precio desde lo del Prestige —el Pestige marca un antes y un después en la zona, por lo que observo— hasta límites inhumanos que obligan a arrimar el hombro a padres y suegros para afrontar su adquisición, no existe industria que absorba los brazos desocupados, los productos de primera necesidad disparan su precio; como resumen, un panorama auténticamente desalentador. Pues bien, Tomás Moro en su Utopía, escribe:

"¿Qué clase de justicia es aquella que permite que cualquier aristócrata, banquero, financiero —u otro de esos que no hacen nada, o nada que tenga gran valor para el bien público— lleve una vida holgada y suculenta, en el ocio o en ocupaciones superfluas, al paso que el obrero, el carretero, el bracero y el labriego han de trabajar tan dura y asiduamente como bestias de carga —a pesar de que su labor sea tan útil que sin ella ningún estado duraría ni un año—, soportando una vida tan mísera que parece mejor la de los borricos, cuyo trabajo no es tan incesante y cuya comida no es mucho peor, aunque el animal la encuentre más grata y no tema el porvenir? Mas a los obreros, aguijonéalos la necesidad de un trabajo infructuoso y estéril, los mata la premonición de una vejez indigente, puesto que el jornal cotidiano es tan escaso que no basta para el día, imposibilitando que puedan aumentar su fortuna guardando algo cada día para asegurar su vejez. ¿No es ingrato e inicuo el estado que a los nobles —así los llaman—, a los banqueros y demás gente holgazana o aduladora, les prodiga tantos placeres frívolos y sofisticados y tantas riquezas, al paso que mira impasible a los campesinos, carboneros, peones, carreteros y obreros, sin los cuales no existiría ningún estado? Tras abusar de su trabajo mientras están en sus mejores años, el estado —cuando más tarde están abrumados por los años o por una enfermedad que los priva de todo—, olvidándose de tantos desvelos, de tantos servicios prestados por ellos, los recompensa, en el colmo de la ingratitud, con la muerte más miserable."

Huelga todo comentario. La reflexión fue escrita ¡¡¡hace casi 500 años!!! En lo sustancial, de verdad, ¿cuánto ha cambiado la vida desde entonces?

sábado, 26 de julio de 2008

"Manolo o Grande [...] está tan orgulloso que ha inundado de mar al mismísimo cielo"

Mi querido Bartolo: En primer lugar, quiero decir a Olivo que no sé cómo se encontrará el cielo, pero Manoliño está nadando. Lamento que ayer no pudiéramos salir al universo global, pero, a veces, los elementos no facilitan la tarea. ¿Qué tal tus andanzas? Mi experiencia está resultando fascinante, enriquecedora, aunque llueva algún rato y el fenómeno meteorológico complique y desluzca el viaje. A cada paso me cruzo con personas excepcionales... Después de unos días de trotamundos, acabo de llegar a Muxía, curiosamente, en fiestas del Carmen, la fiesta grande de la villa, aunque este año sin procesión por mar, que las exigencias legales lo impiden. Ya te iré contando, como a nuestros amigos, datos del viaje. Incorporo la entrada desde la oficina de atención al peregrino. Por hoy, dejo la visión de Manuel Rivas de la Costa de la Muerte, tomada de un reportaje que él publicó en la revista semanal de El País hace unos años:


“Aquí el mar urde su venganza. Se encarama al cantil, con sus miles de ojos desorbitados, blanquísimos de ira, y ruge una memoria tempestuosa de bergantines desarbolados, goletas al garete, desnortadas fragatas, pailebotes sin rumbo, cargueros encallados, pesqueros sin estrella, vapores sin resuello, señores del océano con la cerviz vencida, orgullosas máquinas del mar hundidas para siempre. Este mar de invierno lo cuenta todo a viva voz para que se enteren bien en la casa del hombre”.

jueves, 24 de julio de 2008

Desde Buño

Querido Tolico: Manolo o Grande, mi padre, nació en 1923 en el límite de la Costa de la Muerte. Más allá de sus desgracias, tuvo la inmensa fortuna de cruzarse con don José Martínez Virel, un maestro vocacional extremeño que, en aquellos tiempos en que no había llegado el fluido eléctrico a la aldea, montaba representaciones teatrales; con el producto de su recaudación y alguna ayuda organizaba viajes culturales por Galicia.
Don José tuvo la poca fortuna de programar la última de esas salidas coincidiendo con los hechos que pasarían a la Historia como Alzamiento Nacional. Era el segundo día de la actividad y el maestro y sus chicos habían visitado Santiago de Compostela y habían pernoctado en una pensión de la ciudad. Los acontecimientos socio-político-militares truncaron el proyecto y alumnos y docente debieron volver a la aldea a toda prisa. Que yo sepa, Manolo o Grande no tuvo la oportunidad de conocer Buño a lo largo de su vida, uno de los lugares a visitar en aquella expedición de adolescencia. En más de una ocasión, le oí referirse con admiración a la villa como la capital de la alfarería que es. Estoy seguro de que 70 años después de aquellos hechos, Manolo o Grande se siente satisfecho de conocer Buño a través de los ojos de su hijo. Camino del archipiélago de las gaviotas (las islas Sisargas), me detengo para perderme en la villa.

miércoles, 23 de julio de 2008

Atravieso “la calle más larga de Europa”

(Lauda del peregrino, en Santa María a Nova, vista por Álvaro de las Casas)

Gracias, Tolico, por tu mensaje. Me tranquiliza y nos tranquiliza saber que ya te encuentras instalado, que te sientes satisfecho de colaborar con una causa noble… y que nos echas de menos. ¡Ánimo! Por mi parte, ya sabes que me planteo iniciar el viaje a la Costa de la Muerte en Noia, en la ruta de "la calle más larga de Europa", en palabras de Carlos I, que era así como se refería al Camino de Santiago. Deambulo por la villa, me deleito pateando sus calles empedradas, revisito Santa María a Nova y disfruto de la contemplación de las laudas de su cementerio y, en especial, de la lauda del peregrino.

martes, 22 de julio de 2008

De chinches y más

Mi querido Tolico: ¡así de atareado te hallas con tus micciones en la NASA como para no dar señales de vida! ¿Entras al blog, al menos? Supongo que desde el nuevo mundo en que te encuentras no te entrará en la cabeza que las chinches se apoderen de Galicia; parece que retornáramos a mediados del siglo XVI, cuando desde El Grove se propagó por la esquina verde una terrible peste de la que, sólo en Compostela, pereció “la mitad de la gente”. Confiemos en que, esta vez, no suceda mismo. Y, sin que sirva de precedente por lo inusual, la noticia más vista ayer en la edición digital de La Voz fue la relativa a que El Gobierno descarta retrasar el horario de Galicia en una hora. La decisión gubernamental, estoy persuadido, colega, nos hará un poco menos aldeanos en la aldea global.

Plaga de chinches
Galicia no cambia la hora

lunes, 21 de julio de 2008

Modo belga de abonar las facturas de luz y gas

Mi querido Tolico: ¿Cómo te va por el nuevo mundo? ¿Es que no vas a dar señales? Tus amigos lectores, Manoliño y demás familia quisiéramos saber de ti. Créeme que estamos preocupados. Tu silencio, ¿no será una pose? ¡Por favor! Camino del fin del mundo, te pregunto: ¿qué dirías de un ciudadano que utiliza dos carretillas de céntimos de euro para abonar sus facturas de luz y gas?... Y yo mismo respondo por ti: está loco, quiere llamar la atención o está protestando. Y, en verdad, que no desatinas en absoluto.

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domingo, 20 de julio de 2008

sábado, 19 de julio de 2008

“La vida es nueva cada día” (Marañón)

Qué real la reflexión de don Gregorio: mientras Bartolo vuela hacia la NASA, porque la NASA le fichó de verdad, Manoliño sigue dando vueltas a su Costa de la Muerte y no puede evitar reproducir una cita de don Camilo que alude a los cientos de barcos allí zarandeados por la naturaleza o tal vez por el destino porque, ¿dónde termina una y comienza el otro?

La tumba de las aguas es anónima y no se puede sembrar de cruces, ni de epitafios ni de flores”.
(Cela, en Madera de boj)

viernes, 18 de julio de 2008

Tolico se deja fichar por la NASA

—Tú, que te dices curioso de la vida, Manoliño, ¿te has preguntado alguna vez cómo resuelven sus necesidades los astronautas?
—Que yo sepa, no los envían al espacio sondados ni nada que se le parezca; luego, cabe deducir que lo resuelvan al estilo de los demás mortales.
—Sí, hombre, y, al acabar, tiran de la cadena y por un agujerito contaminan el espacio. ¡Estás bueno! Pues has de saber que la NASA acepta donaciones de orina porque estudia el modo de mejorar el resolver esa necesidad en el espacio, y yo, el gran Tolico, consentiré en ser fichado por la NASA.
—¿Para el verano?
—De momento, para el verano, mientras tú patees la Costa de la Muerte. Y luego, Dios dirá, porque esto da un vuelco a mi vida. Por cierto, tú que eres de ciencias, ¿el giro será de 180 o de 360 grados?

jueves, 17 de julio de 2008

15 años recomponiendo cartas de amor

—Definitivamente, ¡me borro, Manoliño! Pero, ¿es que existe el amor, o, al menos, ese amor enfermizo? ¡Quince años a razón de una hora diaria! ¡Me hunde en la más mísera de las miserias!, ¿y a ti? Habla con mi amigo Alberto y, utilizando su influencia, ¡que lo encierren en Conxo!

15 años recomponiendo cartas de amor

miércoles, 16 de julio de 2008

Cuenca reclama mil libros robados

—Éstas no son las condiciones, Manoliño. Nos encontramos al filo de la medianoche y todavía sin el post del día. ¿Qué pretendes? Seguro que nuestros amigos están ya hartos. Definitivamente, ¡me voy! Me voy con Asi, con Jorge y sus chicas, con…, pero, ¡me voy!, porque lo que yo necesito es orden, y no este caos. Y, además, ¿de qué va eso de que Cuenca reclama mil libros? Pero, ¿existen tantos libros? ¡Anda ya!

martes, 15 de julio de 2008

Larga vida a María Emilia, la bloguera mayor de la aldea global y, además, gallega

—Sabes tú, Bartolo, ¿cuántos meses totalizan 97 años? ¿Y días?
—¡Cómo me admira María Emilia, Manoliño! A lo mejor, tú te cruzas con ella próximamente.
—¡Qué espíritu, Tolico, el de una mujer de 97 años que, no sólo no pierde el tren de la vida, sino que se sube a la ola de las TIC y asombra al mundo! ¡Cómo me encantaría tomar sus manos entre las mías y mirarla a los ojos intentando adivinar la pasta de que está hecha!
—Yo, como tú, Manoliño, le muestro mi pleitesía, celebro que sea la abuela bloguera, nuestra referencia, y ¡deseo larga vida a María Emilia!

lunes, 14 de julio de 2008

“Guerra a muerte a las vacas” (Tolico)

—¿Te has vuelto loco, Tolico? ¿A qué viene esta furibunda declaración de guerra a unos seres que nos proporcionan alimentos casi indispensables en nuestra vida como son la carne y la leche?
—De eso se trata precisamente, Manoliño: de nuestra vida. ¿Puedo saber qué lees? Porque yo te veo entretenido con el periódico, ¿o es que te limitas a pasar hojas? ¡Hay que ocuparse de lo verdaderamente importante!
—Al grano, colega.
—Las vacas son las responsables, en gran medida, de la emisión a la atmósfera de los gases de efecto invernadero, especialmente metano, del deterioro de la capa de ozono, del cambio climático…
—No sigas, Tolico, o acabarán siendo responsables hasta del descubrimiento de América.

Las vacas, responsables

domingo, 13 de julio de 2008

“Un faro es, después de una iglesia, el más santo de los monumentos” (Fernán Caballero)



(Escalera de acceso de la Torre de Hércules)

Desde antes de la Era cristiana, en las colinas próximas a los grandes puertos de la antigüedad se encendían grandes fuegos que guiaban a las gentes de la mar; pero, cuando aparecían la niebla o la tempestad, se multiplicaba el riesgo y, a menudo, ese riesgo se trocaba en desgracia. ¿Cuántos buques habrán encallado o se habrán hundido en las costas de todos los mares? El faro vino a paliar la necesidad. Cuando pensamos en estas construcciones, vienen a nuestra mente dos: el de la isla de Faros, en Alejandría, de más de cien metros, y la Torre de Hércules.

En apoyo a la candidatura de la Torre de Hércules como Patrimonio de la Humanidad.

sábado, 12 de julio de 2008

Exaltación de Muros

Ocupado como me encuentro este tiempo manejando documentación relativa a la Costa de la Muerte, selecciono unos versos de un completo poema de Fray Juan Romero y Romero, O.P., fechado el 30 de noviembre de 1939 en Buenos Aires y dirigido a sus hermanos de Muros:

“…la voluntad del amo
es la ley del esclavo.
[…]
no hay verdad ni mentira,
porque toda la partida
gánala el más vividor,
la razón y la justicia
son de quien sepa mejor.
[…]
la libertad de los pueblos
radica en su cultura,
hace grandes a las naciones,
florecientes, fuertes, ricas.
[…]
A todos los muradanos
decirles esto quisiera,
que es nuestra gloria el honrarnos
nacidos en nuestra tierra,
por humanitaria, muy noble
y muy leal la villa nuestra.”

¿Desde cuándo venimos leyendo reflexiones en esta línea? ¿A qué esperamos para adoptarlas?

viernes, 11 de julio de 2008

Aquí me las den todas

—¡Cómo me encanta, Manoliño! ¡Cuéntame!
—Me diste la idea hace unos días, Tolico. Buscaré un Rolls discreto y me lo quedaré, al menos temporalmente, para probarlo. Luego, seleccionaré a una choferesa mona.
—¡Machista! ¿Y qué más? ¿Es que no te das cuenta de que estás soñando, de que todo eso está fuera de tus posibilidades?
—Y a mí, ¿qué más me da? Cuando no pueda afrontarlo, lo cuento en el blog y ¡a ver qué pasa!
—Pero, ¡qué morro le echas a la vida, colega!
—¿Has dicho morro? Para morro, como tú dices, el de este conciudadano que amenaza con quitarse de en medio un puma, cinco gatos, cuatro perros y unos dogs.

jueves, 10 de julio de 2008

Largo me lo fiáis

—Me temo, querido Tolico, que estás del lado de la trinchera en que se respira aire contaminado.
—¡No me asustes, Manoliño, por favor! ¿Respiro aire contaminado yo?
—Respiras aire contaminado tú, yo y la mitad de los españoles. A estas alturas, sólo niega el cambio climático quien no quiere verlo. Y, de los que vivimos en grandes ciudades, 8 de cada 10 respiramos miseria, y utilizo este término para no resultar grosero y emplear una palabra malsonante.
—¿Has dicho 8 de cada 10? ¿O sea que, estadísticamente, no me libro? ¡Horror! ¿Y qué hace el sistema?
—¿Quieres decir, además de no hacer nada? Pues, además de tocar el violón, “El G8 está de acuerdo en reducir a la mitad las emisiones de CO2 en 2050”.
—¡Así se pudran los desgraciados!

Respiramos aire contaminado
Contaminación en Madrid
CO2 a la mitad para 2050

miércoles, 9 de julio de 2008

“Libro cuyo interior no importa” o apariencia de libro

—¿Recuerdas la última vez que se te cruzaron los cables, Tolico?
—Y, ¿por qué me lo preguntas, Manoliño?
—Porque, como dirían Asi y su basca, me siento rayado, tanto que sucumbí a la tentación de navegar a la RAE y preguntarle por el término libro, que existen momentos en los que no sabes si sueñas o si, por el contrario, te encuentras en la realidad. Algunos de nuestros grandes de la pluma lucharon y luchan denodadamente por encontrar la palabra justa que colocar en la frase, cual piedra angular, cual clave que cierra el arco, y hete aquí que todo eso no importa en absoluto, no es más que una vulgar pérdida de tiempo.
—¿Estás tonto, Manoliño, o tonteas con las yerbas?
—¡Que no, colega! Un par de paisanos crean en Lavapiés “libros de artista”; es decir, “portadas de libros que elaboran a mano”, pero tras las que no existe libro.
—¡Apariencia de libro! La apariencia frente al ser. Acaban de descubrir a Maquiavelo. ¡Bien! Me pregunto, Manoliño, ¿qué pensará de todo esto el artesano maestro impresor Antonio Piñeiro?


Libros cuyo contenido no importa

martes, 8 de julio de 2008

Fumando espero…

—Me encanta el título de hoy, Manoliño. ¿Qué fumamos?
—¿Desde cuándo fumas, Tolico?
—Si tú me invitas, colega, yo fumo y lo que haga falta.
—Para mi aldea, Tolico, pido una marquesina como la de la imagen que ilustra la noticia, y, ya puestos, también un sillón igual, que el que espera, desespera.

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lunes, 7 de julio de 2008

De fiesta en fiesta

—¡Qué poco me gustas, Manoliño! Por ti, por ti…
—Mi querido Tolico: Llámame carca y seguramente tendrás razón; pero, lee objetivamente la información, reflexiona y luego, discrepa. La Voz de Galicia ha realizado los cálculos: las veinte fiestas más sobresalientes de la comarca de Barbanza suponen un desembolso ciudadano superior a 1.000.000 de euros, y escribo la cantidad con cifras para que se vea con toda claridad.
—¡Pues claro que te llamo carca! Y, si quieres, te lo deletreo con mayúsculas, para que se vean bien. ¿Cuándo te enterarás de que yo, como ciudadano, necesito mi válvula de escape?
—¿Más válvulas de escape? Que si el desfile del Orgullo Gay, que si la final de Nadal en Wimbledon, que si Roc in Rio… Con lo que está cayendo, ¿crees de verdad que la prioridad es gastar más de un millón de euros en jolgorio cuando uno de cada tres hogares gallegos sobrevive con menos de mil euros al mes?


Más de un millón de euros en fiestas sólo en Barbanza

Un tercio de los hogares gallegos sobreviven...

domingo, 6 de julio de 2008

Dignidad e integridad del marinero de la Costa de la Muerte

Así son las horas del ratón de biblioteca: escudriñas aquí y allá en busca de ese punto que colocar a la “i” y manejas información que se repite y se repite hasta que el azar o la constancia te hacen dar un salto en el pupitre cuando encuentras un precioso romance, obra seguramente de un fistor, de un poeta popular anónimo, que recoge el diálogo de Mefistófeles con un marinero en peligro de muerte al que intenta transmutar en Fausto; pero, las gentes de la Costa de la Muerte atesoran una dignidad y una integridad a prueba de tentaciones diabólicas. ¡Disfrútalo!

“En un tenebroso día
de tormenta y marejada,
a nueve millas de Corme,
batiéndose en la mar brava,
voces daba un marinero,
voces daba que se ahogaba.
Respondíale el demonio
del otro lado del agua:
—¿Cuánto dieras, marinero,
a quien del agua te sacara?
—Diera yo mis navíos
cargaditos de oro y plata.
—No te quiero tus navíos
cargaditos de oro y plata;
quiero que, cuando te mueras,
a mí me entregues el alma.
—¡Vete, aléjate, Satán,
con esa infame palabra!
Soy cormellán y cristiano,
no quiero vender el alma.
—Piénsalo bien, marinero,
la vida con nada se paga;
mi poder es inmenso
y cumplo mi palabra.
Le responde el marinero
con estas graves palabras:
—Nunca tuviste poder
sobre estas aguas sagradas;
engañosa es tu promesa,
y tu palabra, patraña.
Mi alma se la dejo a Dios
y a la Virgen cormellana;
la cabeza, a los mirlos
para que hagan su morada;
los ojos se los dejo a los ciegos
para que vean por donde andan;
los oídos, a los sordos
para que escuchen las baladas;
la lengua se la dejo a los mudos
para que pronuncien las palabras;
y las manos, a los mancos
para que hagan labranza;
las tibias dejo a los gaiteros
para que toquen la gaita,
y los pies para los cojos
para que anden sus jornadas”.

Recogido por Manuel Cousillas Rodríguez en La naturaleza ficcional de las leyendas folklóricas. Ventoprint. La Coruña. 1996.

sábado, 5 de julio de 2008

La verdad de Newton

Fresca como el alba y eterna como el tiempo:

“Platón es mi amigo,
Aristóteles es mi amigo,
pero mi mejor amigo
es la verdad”.
(Isaac Newton)

viernes, 4 de julio de 2008

Valora tú el servicio de Alsa

—¿Qué harías, Tolico, si necesitaras conocer la hora de llegada de un autobús de Alsa?
—Vaya tontería de pregunta: entrar a la página web de la empresa.
—Si la página web, seguramente afectada por los calores de julio, no fuese capaz de devolverte la información…
—Telefonearía a Alsa para preguntárselo, Manoliño.
—El teléfono oficial de Alsa (un 91 de tarifa normal) me remite a un 902 (más costosa la llamda). Trago, y después de unos cinco minutos de lucha con una máquina, cuelgo abatido, impotente, desesperado y con ganas de morder a alguien. Y sigues necesitando conocer la hora de llegada de un autobús de Alsa porque debes recoger a una persona. ¿Qué se te ocurre?
—Lo siento, pero tú, que eres gallego, lo entenderás si te respondo con otra pregunta: ¿cómo lo averiguaría un madrileño de hace doscientos años?
—Perdiendo dos horas de su tiempo atravesando la ciudad hasta alcanzar la plaza de los Carros y preguntando por la previsible hora de llegada de la diligencia. Y así lo hice, Tolico.
—Pues, ¿sabes lo que te digo, Manoliño?: Que no me toque las narices Alsa porque le lanzo una OPA y me la quedo.

jueves, 3 de julio de 2008

Pagar peaje en A Coruña

(Imagen procedente de la página web municipal)

—Resuena todavía en mis oídos, querido Tolico, un viejo mensaje publicitario que decía algo así como: Coruña, la ciudad donde nadie es forastero.
—Y hete aquí, Manoliño, que, de cundir el ejemplo, no quiero pensar en lo que sucedería.
—El titular resulta gracioso, colega; la fotografía que ilustra la noticia echa para atrás, y el desarrollo de la información resulta increíble.
—Hoy soy yo quien te tranquiliza, Manoliño: seguro que el equívoco está ya resulto y los coruñeses podrán atender sin preocupación su diario quehacer, y los viajeros se solazarán disfrutando del paseo de La Marina con sus casas de galerías acristaladas mirando al mar, de María Pita, de los Cantones, de...

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miércoles, 2 de julio de 2008

Pasan los años, pero no cambian los tiempos

—Mi querido Manoliño: hoy te encuentro filósofo, y eso me gusta poco.
—Las noticias que esta mañana nos acerca la radio son serias y preocupantes; de las más graves, el aumento brutal del número de personas paradas. Y no puedo evitar recordar mi experiencia de ayer en la Biblioteca Nacional. De los meses veraniegos de 1977, reproduzco las ideas que subyacen en los titulares que llamaron mi atención:

El paro amenaza Galicia
Desolación en el ámbito pesquero gallego
Sube el precio del pan
Suspensión de pagos de empresas
Inflación desbocada
Subida de la gasolina
Fuerte devaluación de la peseta
Motín en trece prisiones españolas
Expolio en la catedral de Oviedo
Encarnizada lucha política

Y en otro orden:

Automatización del servicio telefónico de Betanzos
Apagón general de varias horas en Nueva York
Fallecimiento de Groucho Marx

—No sigas, colega: sin dejar de reconocer contigo que pasan los años pero apenas cambian los tiempos, cada día te encuentro más viejo.

martes, 1 de julio de 2008

Admirable funcionamiento de la Biblioteca Nacional

Biblioteca Nacional de España

—Mi querido Bartolo: ¡Jorge ha vuelto! Ha vuelto, ya nos visitó y nos dejó tres comentarios, atinados como corresponde a una cabeza ordenada como la suya. Besos a tus chicas y un fuerte abrazo para ti, amigo. Desde esta atalaya y tribuna tan particular, sacamos punta con ironía y buen humor a las situaciones chuscas que nos presenta el discurrir de la vida; y cuando los servicios funcionan correctamente, como eso es lo esperable, nos olvidamos de reconocerlo y aplaudirlo.
—Reconozcamos y aplaudamos, Manoliño.
—Después de dos años, volví a la Biblioteca Nacional. Y, ¡qué cambio desde la ocasión anterior! Al instante me confeccionaron un carné de lector que incluye fotografía tomada sobre la marcha con una cámara digital por la funcionaria que me atendía y, en unos instantes, pude hacer uso de los fondos de la Institución.
—¿Cundió, Manoliño?
—El hecho de que a veces citemos de modo poco riguroso me llevó a plantear a la señorita bibliotecaria una necesidad atípica: localizar una información publicada por La Voz de Galicia en el verano de 1977.
—¡Échale guindas al pavo! Habérselo puesto algo más difícil.
—Instantes después me hallaba frente a un ordenador de última generación y unos CDs conteniendo digitalizado el diario correspondiente a los meses veraniegos de ese año. Y, ¡a buscar!
—Y encontraste la información.
—¡Apareció, Tolico! Imprimí directamente parte del trabajo a precio de fotocopia y la otra parte me la envié al correo electrónico, y pudiera haberla copiado en un lapicero USB si lo llevase encima.
—Manoliño: ¡Chapó por la Biblioteca Nacional!