—Sabes tú, Bartolo, ¿cuántos meses totalizan 97 años? ¿Y días?
—¡Cómo me admira María Emilia, Manoliño! A lo mejor, tú te cruzas con ella próximamente.
—¡Qué espíritu, Tolico, el de una mujer de 97 años que, no sólo no pierde el tren de la vida, sino que se sube a la ola de las TIC y asombra al mundo! ¡Cómo me encantaría tomar sus manos entre las mías y mirarla a los ojos intentando adivinar la pasta de que está hecha!
—Yo, como tú, Manoliño, le muestro mi pleitesía, celebro que sea la abuela bloguera, nuestra referencia, y ¡deseo larga vida a María Emilia!
—¡Cómo me admira María Emilia, Manoliño! A lo mejor, tú te cruzas con ella próximamente.
—¡Qué espíritu, Tolico, el de una mujer de 97 años que, no sólo no pierde el tren de la vida, sino que se sube a la ola de las TIC y asombra al mundo! ¡Cómo me encantaría tomar sus manos entre las mías y mirarla a los ojos intentando adivinar la pasta de que está hecha!
—Yo, como tú, Manoliño, le muestro mi pleitesía, celebro que sea la abuela bloguera, nuestra referencia, y ¡deseo larga vida a María Emilia!
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