—¿Qué harías, Tolico, si necesitaras conocer la hora de llegada de un autobús de Alsa?
—Vaya tontería de pregunta: entrar a la página web de la empresa.
—Si la página web, seguramente afectada por los calores de julio, no fuese capaz de devolverte la información…
—Telefonearía a Alsa para preguntárselo, Manoliño.
—El teléfono oficial de Alsa (un 91 de tarifa normal) me remite a un 902 (más costosa la llamda). Trago, y después de unos cinco minutos de lucha con una máquina, cuelgo abatido, impotente, desesperado y con ganas de morder a alguien. Y sigues necesitando conocer la hora de llegada de un autobús de Alsa porque debes recoger a una persona. ¿Qué se te ocurre?
—Lo siento, pero tú, que eres gallego, lo entenderás si te respondo con otra pregunta: ¿cómo lo averiguaría un madrileño de hace doscientos años?
—Perdiendo dos horas de su tiempo atravesando la ciudad hasta alcanzar la plaza de los Carros y preguntando por la previsible hora de llegada de la diligencia. Y así lo hice, Tolico.
—Pues, ¿sabes lo que te digo, Manoliño?: Que no me toque las narices Alsa porque le lanzo una OPA y me la quedo.
—Vaya tontería de pregunta: entrar a la página web de la empresa.
—Si la página web, seguramente afectada por los calores de julio, no fuese capaz de devolverte la información…
—Telefonearía a Alsa para preguntárselo, Manoliño.
—El teléfono oficial de Alsa (un 91 de tarifa normal) me remite a un 902 (más costosa la llamda). Trago, y después de unos cinco minutos de lucha con una máquina, cuelgo abatido, impotente, desesperado y con ganas de morder a alguien. Y sigues necesitando conocer la hora de llegada de un autobús de Alsa porque debes recoger a una persona. ¿Qué se te ocurre?
—Lo siento, pero tú, que eres gallego, lo entenderás si te respondo con otra pregunta: ¿cómo lo averiguaría un madrileño de hace doscientos años?
—Perdiendo dos horas de su tiempo atravesando la ciudad hasta alcanzar la plaza de los Carros y preguntando por la previsible hora de llegada de la diligencia. Y así lo hice, Tolico.
—Pues, ¿sabes lo que te digo, Manoliño?: Que no me toque las narices Alsa porque le lanzo una OPA y me la quedo.
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1 comentario:
Como exconductor de alsa te hago una consideracion,las horas de llegada del autobus son orientativas y estan sujetas a las condiciones del trafico y a la seguridad.Otra cosa es que con las nuevas tecnologias se podria dar informacion continua de los retrasos pero dudo mucho que en esta empresa haya nadie con capacidad suficiente para pensar en ello.
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