—Mi querido Bartolo: ¡Jorge ha vuelto! Ha vuelto, ya nos visitó y nos dejó tres comentarios, atinados como corresponde a una cabeza ordenada como la suya. Besos a tus chicas y un fuerte abrazo para ti, amigo. Desde esta atalaya y tribuna tan particular, sacamos punta con ironía y buen humor a las situaciones chuscas que nos presenta el discurrir de la vida; y cuando los servicios funcionan correctamente, como eso es lo esperable, nos olvidamos de reconocerlo y aplaudirlo.
—Reconozcamos y aplaudamos, Manoliño.
—Después de dos años, volví a la Biblioteca Nacional. Y, ¡qué cambio desde la ocasión anterior! Al instante me confeccionaron un carné de lector que incluye fotografía tomada sobre la marcha con una cámara digital por la funcionaria que me atendía y, en unos instantes, pude hacer uso de los fondos de la Institución.
—¿Cundió, Manoliño?
—El hecho de que a veces citemos de modo poco riguroso me llevó a plantear a la señorita bibliotecaria una necesidad atípica: localizar una información publicada por La Voz de Galicia en el verano de 1977.
—¡Échale guindas al pavo! Habérselo puesto algo más difícil.
—Instantes después me hallaba frente a un ordenador de última generación y unos CDs conteniendo digitalizado el diario correspondiente a los meses veraniegos de ese año. Y, ¡a buscar!
—Y encontraste la información.
—¡Apareció, Tolico! Imprimí directamente parte del trabajo a precio de fotocopia y la otra parte me la envié al correo electrónico, y pudiera haberla copiado en un lapicero USB si lo llevase encima.
—Manoliño: ¡Chapó por la Biblioteca Nacional!
—Reconozcamos y aplaudamos, Manoliño.
—Después de dos años, volví a la Biblioteca Nacional. Y, ¡qué cambio desde la ocasión anterior! Al instante me confeccionaron un carné de lector que incluye fotografía tomada sobre la marcha con una cámara digital por la funcionaria que me atendía y, en unos instantes, pude hacer uso de los fondos de la Institución.
—¿Cundió, Manoliño?
—El hecho de que a veces citemos de modo poco riguroso me llevó a plantear a la señorita bibliotecaria una necesidad atípica: localizar una información publicada por La Voz de Galicia en el verano de 1977.
—¡Échale guindas al pavo! Habérselo puesto algo más difícil.
—Instantes después me hallaba frente a un ordenador de última generación y unos CDs conteniendo digitalizado el diario correspondiente a los meses veraniegos de ese año. Y, ¡a buscar!
—Y encontraste la información.
—¡Apareció, Tolico! Imprimí directamente parte del trabajo a precio de fotocopia y la otra parte me la envié al correo electrónico, y pudiera haberla copiado en un lapicero USB si lo llevase encima.
—Manoliño: ¡Chapó por la Biblioteca Nacional!
1 comentario:
No hay de qué, Manoliño!. Gracias por nombrarme en tu noticia diaria, si por internet de notasen los colores se me vería colorado. Y sigo agradeciendo también el tener cada día una nueva información o pequeña historia para leer y ver el mundo de un tono diferente, pero real. Jorge.
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