jueves, 31 de enero de 2008

“Sólo los poetas tienen las respuestas”

—Querido Manoliño…
—¿Vuelves a tomar la iniciativa, Tolico? Dime.
—Es evidente que ya no conservas abuela.
—Sabes que no, pero, ¿dónde quieres llegar?
—En la presentación que de nosotros realizas en el blog te defines como curioso de la vida. Modesto, ¿no?
—Vas por la segunda provocación en tres días, y hoy tampoco toca. Pero, continúa.
—¿Te has preguntado alguna vez cómo se hace llegar el hormigón a las plantas de un rascacielos en construcción?
—En verdad que no, Bartolo. ¡Desconozco tal infinidad de cosas….! Y, además, ¡desconozco que desconozco tal inmensidad de ellas…! Chaplin advirtió que "Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más". Ahora bien, tu pregunta, malandrín, sabes que aparece recogida en Muy Interesante de este mes, y que el récord se alcanzó en una torre en construcción en los Emiratos Árabes, torre en la que el hormigón fue bombeado a 450 metros, a la planta 125.
—Lo que nos pone en bandeja referirnos al Libro Guinnes de los Récords.
—Si ojeas la edición correspondiente a este año puedes conocer que el gasto militar per cápìta de Israel supera al de EE.UU., que Bin Laden es el terrorista más buscado, que el Reino Unido espía a sus ciudadanos a través de la basura que depositan en los correspondientes contenedores o que Australia dejará de utilizar las bombillas incandescentes de toda la vida en 2009. ¡Curioso y entretenido el Guinness!
—Por cierto, hace años ya que Asier no lo compra.
—Cada momento, Tolico, aparece dominado en el ser humano por unos intereses, pero acerquémonos a su estantería a fin de comprobar cuántos ejemplares contiene: nada menos que seis, de los que cinco lo son en versión original inglesa. ¿Qué esperaría encontrar en el Guinness aquel niño de Educación Primaria?
—Acepta conmigo, Manoliño, que no sabes hacer otra cosa que formular preguntas.
—Disculpa, colega, pero nuestra tutora Lidia nos proyectó recientemente esta cita: “Sólo los poetas tienen las respuestas”. La firma Humberto Maturana. Y uno, para bien o para mal, no alcanzó ni alcanzará jamás el estatus de poeta.

miércoles, 30 de enero de 2008

La Biblia, best seller en China

—Querido Bartolo: me encanta sentirte relajado, que los últimos días…
—Hay ocasiones, Manoliño, en que consigues sacarme de mis casillas. Ahora bien, esta noche descansé relajada y reparadoramente y creo haber recuperado mi correa habitual. Así que, manos a la obra y tema para hoy.
—¡Nos vamos a China, Bartolo!
—¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por cuánto tiempo?
—¡Alto ahí! Quiero decir que vamos a referirnos a China.
—Mi pleitesía a país así de laborioso: la invención del compás revolucionó la navegación; el descubrimiento de la pólvora cambió el modo de guerrear; la seda, la primitiva imprenta…; en lo que se equivocaron fue en la construcción de la muralla, que ya se sabe que resulta inútil poner puertas al campo.
—No te vayas tan atrás, Tolico, y céntrate en los últimos sesenta años. China se proclama oficialmente atea en el año 1949; en 1966 inicia la Revolución Cultural y hasta 1976 quema las Biblias. En este punto, no puedo evitar acordarme de mi maestro don José y del cariño con que atesoraba un ejemplar de Sempre en Galiza, título prohibido en la época y que él había conseguido de estraperlo. Pues bien, después de todos estos años de lucha contra lo espiritual, he aquí que un tercio de los chinos acepta poseer creencias religiosas. Ortega estima que cada quince años se produce un cambio generacional; luego, en sesenta años se sucedieron cuatro generaciones, con lo que cabría preguntarse qué mantiene en el alma china el sentimiento religioso.
—Anda, Manoliño, pon tú la guinda hoy.
—No te reconozco, Tolico, pero, gracias. Finalmente, el sistema decidió imprimir la Biblia y, hace unos días, proclamó la edición del ejemplar cincuenta millones. ¡Vivir para ver!

martes, 29 de enero de 2008

Mascotas virtuales

—Querido Manoliño…
—¡Bartolo, que el escribiente soy yo!
—¿Escribiente? Desagradecido, di mejor.
—¡Qué fuerte! ¿Debo tomarte a broma, prescindir de tu colaboración en el blog, romper contigo o qué sé yo? A ver, ¿por qué soy un desagradecido, según tú?
—Porque, cualquier profesional con la cabeza sobre los hombros no dejaría de aludir a su patrono tal fecha como ayer, máxime cuando te proporciona un día, ¿cómo dices? ¡Ah, sí, un día no lectivo!
—¿Y qué te hace suponer que responderé a tus provocaciones, Tolico? Créeme que valoro la conveniencia de prescindir de ti y continuar con el blog en solitario.
—Atrévete si tienes arrestos y veré cómo te hundes en el ostracismo más atroz.
—Podría comprar una mascota.
—Comprar, comprar. ¡Qué pena! ¿Crees, acaso, que todo en la vida es cuestión de dinero, que todo puede comprarse? Las mascotas prestan servicios inapreciables a niños enfermos y a ancianos; en los demás casos, mayoritariamente, dejan traslucir una necesidad, una carencia en el titular. ¿Cuál es la tuya? ¿Engañar a mis lectores porque te resulto incómodo? Compra una mascota, Manoliño, y, finalmente, el mundo sabrá quién eres de verdad; porque, el trato que el ser humano dispensa a un animal permite vislumbrar la auténtica personalidad de su dueño. ¿Dueño? ¿Dueño de qué? Si me descuido, acabaré utilizando tu lenguaje.
—Gracias, Tolico, por resolverme la entrada del día. Anda, pon la guinda.
—¿Quieres más todavía? Prescinde de mí si ése es tu deseo y adopta un pájaro, un pez, un gato, un perro… o el animal que quieras, pero ¡virtual!

lunes, 28 de enero de 2008

Rodaballo mensajero

—En este mundo cambiante, duro y difícil que nos toca vivir…
—¿Eres viejo, estás viejo o te sientes viejo, Manoliño? Dime algún momento en la existencia del ser humano en el que la vida le haya resultado cómoda y placentera. Tiene gracia que sea yo quien deba reconvenirte. Anda, continúa.
—A ti, Bartolo, la existencia no te resulta ardua porque tienes la vida resuelta.
—¿Cómo puedes decir eso de mí? ¿Es así como me conoces? Permíteme que te disculpe, y sigue u olvidarás la idea.
—Soy yo quien no toma en consideración tus salidas de tono. Deja que me centre o efectivamente acabaré perdiendo el hilo. Flotando sobre las miserias que los medios de comunicación nos sirven a diario, una nota humana: una joven japonesa recibe una carta que escribió quince años atrás…
—¿Así de mal funciona el servicio de correos nipón?
—Por favor, Bartolo, que aludimos a un país que, siendo milenario, se halla entre los primeros del universo. Resulta que la joven, hoy universitaria, cuando tenía seis años, participó con otras compañeras en la conmemoración del 120 aniversario de la escuela a que asistía; y la conmemoración consistió en escribir una carta y enviarla al orbe en un globo, globo que acabó enredándose en las escamas de un rodaballo que se esforzó, digo yo, por retener tan curioso documento.
—No me digas más: hasta que el pescadorcito Urashima de Juan Valera dio caza al animalito.
—¿Dio caza, Bartolo?
—¿Es que no oíste hablar del lenguaje figurado, de la metáfora…? Por cierto, ¿y si montásemos una empresa de mensajería que utilizara a los rodaballos como mensajeros?
—¿Qué fumas, Tolico?
—¡Manoliño! Me contó Asier que una de las multinacionales del sector nació de la aplicación teórica realizada por un estudiante. ¿Y sabes cómo valoró el proyecto su profesor? Pues con un ¡suspenso!

domingo, 27 de enero de 2008

Sentido de la realidad en Delibes

Querido Bartolo:
Poco se ocupan de don Miguel Delibes los medios de comunicación en los últimos tiempos, y cuando lo hacen es para darnos cuenta de algún homenaje más que merecido que se le tributa. A renglón seguido, debo escribir que lo entiendo porque, hace quince años, el sentido de la realidad del egregio autor le llevó a escribir:

“…antes que a conservar la cabeza muchos años, a lo que debo aspirar ahora es a conservar la cabeza suficiente para darme cuenta de que estoy perdiendo la cabeza. Y en ese mismo instante, frenar, detenerme al borde del abismo y no escribir una letra más”.

Y, con su actitud, don Miguel está demostrando que aquel deseo no era una pose. La cita, Tolico, pertenece al discurso de agradecimiento que Delibes pronuncia con motivo de la recepción del Premio Cervantes en 1993, una auténtica joya en dos folios. ¿Te gustaría leerlo al completo?

sábado, 26 de enero de 2008

“El retrato”

Mi querido Tolico:
Un ramillete de gallegos que, siguiendo la estela de la generación NOS, con la que los relacioné en otro lugar, ya tienen su hueco en la Historia, están haciendo de Barbantia una asociación cultural respetada y reconocida en el orbe gallego. Una de las manifestaciones que acomete regularmente es la publicación de un suplemento cultural mensual conocido como La Voz de Barbantia, que ayer publicó su último número. De él, entresaco el artículo Silencios y complicidades en la muerte de Alfonso Rodríguez Castelao, lo que me da pie para invitarte a que lo analices. Sí, ya sé que hemos hablado de Castelao en múltiples ocasiones, pero, ¿qué conoces de su obra? Podrías empezar por El retrato
en gallego o en castellano, que, a pesar de los años que llevamos juntos, ya sé que te cuesta profundizar en el gallego.

viernes, 25 de enero de 2008

“Tenemos un problema gordo”

—Querido Manoliño.
—¡Bartolo, que el escribiente soy yo!
—¡Ja, ja y ja! Tú eres un auténtico carca; tanto, que nuestros lectores te tratan de usted, y te tipifican como esquizofrénico. ¡Anda, responde si dispones de argumentos! Por fin, alguien me identifica: soy tu mitad… ¿Qué digo? Soy tu álter ego… Y vuelo, y vuelo, que la vida es sueño.
—Pues bien, Tolico, céntrate, no desbarres y vamos al post de hoy.
—¿El post de hoy? Pero si el de ayer lo subiste al filo de la hora bruja —¡chincha!—, y el de hoy lleva igual camino. ¡Anda! Repíteme eso que te gusta tanto del ejercicio de disciplina…
—Bartolo, modérate, que recojo la conversación. ¿Puedo ya? El diario Qué, con el alarde tipográfico a que nos tiene acostumbrados, nos sorprendía esta mañana con el titular que encabeza la entrada.
—Matiza: precedido por Uno de cada dos españoles sufre sobrepeso.
—Matizado. Cuando estuvimos en Nueva York.
—¿Nueva York? ¡Nueva York! Yo no conozco Nueva York, bonito, que en aquel viaje me dejaste tirado en Madrid. Tú, como nuestro anónimo amigo del comentario de ayer, sois únicos utilizando el plural mayestático. ¿Nueva York? Ja, ja y ja.
—Bartolo, por favor, que se nos agota el palmo de espacio que nos hemos marcado como límite para cada intervención.
—Déjame que continúe, que Nueva York lo viví a través de tus ojos. Yo imaginaba que la gran metrópoli representa la civilización, el sumun, y, cada vez que leo acerca de la obesidad en EE. UU., me acuerdo de los Starbucks —¡qué pena de arameo, Señor!— y de los establecimientos de comida rápida que se suceden ininterrumpidamente en las calles de Manhattan, y del aspecto de las personas de todo tipo y edad que utilizan sus servicios. Y, siendo tu álter ego como soy, no puedo evitar acordarme de tu admirado Camba cuando constata que aquel país está integrado por un crisol de culturas incapaz de desarrollar una cocina propia y, por tanto, en lo que se refiere a gastronomía, no puede esperarse de él nada sobresaliente. Que eso suceda en el nuevo mundo, que está tan lejos, no me lo planteo, pero que la globalización nos traslade el problema, me deja pensativo.
—¿Caes en la cuenta de mi liberalidad, Tolico? Hoy, el post carece de compromiso y no me lo apropié. Por cierto, ¿comes para vivir o vives para comer? Y no me digas aquello tan manido de que ése es el único placer a tu alcance. ¡Ah!, no permitas que el “ja, ja y ja” se convierta en tic.

jueves, 24 de enero de 2008

Persiguiendo el sueño de Felipe II

—Mi querido Bartolo.
—Hoy, ¿de qué vas, Manoliño? ¿De historiador?
—Ya veo que continúas batallador. Sigue así, pero no olvides tus principios, la educación, las formas…
—¿Me estás llamando grosero? ¡Conseguirás enfadarme de verdad!
—Serénate, Tolico, y déjame aludir al comentario que nuestro anónimo amigo deja a la entrada de ayer: ni más ni menos que la guinda que yo fui incapaz de escribir pero que suscribo íntegramente. ¡Gracias, amigo anónimo! Y ahora, vayamos al post de hoy. Juan Bautista Antonelli, prestigioso ingeniero, prestó importantes servicios a Carlos I, y, cuando Felipe II alcanzó la responsabilidad de reinar, presentó al Rey un proyecto muy a tono con el carácter fiscalizador del monarca: centralizar en Madrid el comercio con América. Para ello, haría navegable el Tajo hasta Toledo y, desde allí, mediante esclusas, daría caudal al Jarama y al Manzanares para que los barcos pudieran alcanzar el Puente de Toledo en nuestra capital. La idea gustó al rey Felipe II, que estaba decidido a acometer proyecto así de faraónico, pero el desastre de la Invencible, con el subsiguiente quebranto social y económico, impidió su puesta en marcha.
—Espléndida lección de Historia, señor maestro. ¿Aplaudo? ¿Dejarás de ejercer en algún momento?
—No me interrumpas, por favor, y destácame una de las noticias del día.
—Adivino por donde vas, Manoliño: dentro de dos años, frente al antiguo matadero, Madrid contará con una magnífica playa a diez minutos de la Puerta del Sol, y kilómetros y kilómetros de nuevos itinerarios, áreas infantiles, espacios para mayores, carriles bici, un embarcadero… ¿Sigo?
—Has hecho los deberes, Bartolo.
—Y quieres que yo me moje poniendo el punto a la i, despotricando acerca de la inconmensurable deuda de la ciudad, de los impuestos que pagamos, del orden de prioridades, de la pólvora del rey y de todos esos lugares comunes que a ti te gusta manejar. Pues no, Manoliño: si quieres, te mojas tú, que habíamos convenido actuar como lo hacen los miembros de la carrera diplomática y no referirnos a asuntos religiosos ni políticos.
—Gracias, Tolico.

miércoles, 23 de enero de 2008

Bartolo visita al podólogo

— Querido Tolico, dime algo.
—Que estoy encantado, Manoliño. ¡Qué delicia leer el comentario de nuestro amigo Jorge! Con una madurez como demuestra, seguro que Feli y él atinan con la educación de Isabelita. ¡Qué preciosa es la condenada, y no extraña a nadie! ¡Y qué cariñoso el comentario de ese amigo anónimo que me cree una entelequia y duda si soy musa “o muso”! Me fascina que se ocupen de mí. Si hasta va a resultar que eres capaz de cumplir con tu función de hacerme popular.
—Gracias por la confianza, Bartolo. Por cierto, ¿qué tal tu salida de ayer?
—¡Ni se te ocurra! ¡Envidioso! ¡Pelusa! Te das cuenta de que la auténtica estrella del blog soy yo y quieres desprestigiarme. ¡Te lo prohíbo!
—Tolico, casi todos los seres visitan al podólogo en alguna ocasión y eso no menoscaba su dignidad.
—Me obligarás a retirarte la palabra, Manoliño.
—Te referías hace un instante a la madurez de Jorge. ¿Cuál es tu idea de madurez? Para la Real Academia Española, identifica “Buen juicio o prudencia, sensatez”.
—Sí, y veo que también “Sazón de los frutos”.
—Efectivamente, Tolico. A veces, por las razones que sean, los frutos son incapaces de madurar, no logran alcanzar ese grado deseable de maduración. Confío en que no sea éste tu caso.

martes, 22 de enero de 2008

De perros, animales y maltratos

Querido Tolico:
—¿Sabrías decirme qué diferencia a los perros navarros de los aragoneses?
—Espera un instante a que me reponga, colega. Te encuentro bastante peor de lo que imagino: la andropausia te supera, te desborda. ¡Pobre!
—En verdad, Bartolo, que no sé por qué soporto tu grosería. La pregunta no es baladí y necesariamente ha de existir diferencia entre los animales de las dos comunidades.
—Aclárate o desconecto.
—Me explico. Si no tuvieras ese corazón que se te sale del pecho y fueras capaz de maltratar a un animal en Navarra, esa deplorable conducta podría ser castigada con una multa de 3.000 €, mientras que si igual tropelía la cometes en Aragón, la penalización podría alcanzar los 150.000. Eso, al menos, es lo que leo en la prensa. Luego, ¿tiene o no sentido mi pregunta?
—¡Animalitos! ¡Animales!
—Y avanzo un poco más, Tolico: el maltrato físico o psíquico a seres humanos, ¿a cuánto se cotiza?

lunes, 21 de enero de 2008

Bartolo quiere ser Gioconda

Mi querido Bartolo:
—Asier nos insiste en que sus compañeros se hallan intrigados respecto de tu escurridiza personalidad. En una palabra, ¡quieren conocerte!
—¿A mí? ¿Yo? ¡Horror! ¡Por favor, ni se te ocurra!
—No entiendo nada, Bartolo.
—¿Cómo vas a entenderme si no estás en mí, si no eres yo?
—Efectivamente, tú eres tú, y yo soy yo, y no comprendo tu reticencia a que publique una fotografía tuya, ¡o nuestra!
—Es evidente que no entiendes nada.
—Pero, ¿qué tengo que entender, Bartolo?
—¡Que el misterio tiene su magnetismo, Manoliño! Yo, en realidad, quiero ser Gioconda.
—¿Quieres ser la Gioconda de Leonardo? Pero, si Gioconda no existe más que una, la del Louvre…
—¡Qué simple eres, colega! ¿Para qué te tengo? ¿Para qué me presto a ser tu musa? ¡Para que rodees de misterio mi ser, para que escribas acerca de mi magnetismo, de mi sonrisa enigmática, para hacerme popular, para que en el futuro de los siglos yo cautive a un gran investigador de nombre sonoro perteneciente a una renombrada universidad extranjera —eso imprime mucha credibilidad a los paletos— que se ocupe de mi persona, que confunda al respetable, que perpetúe mi memoria y que me haga objeto de peregrinación! ¡No hagas nada sin consultarme, que ya se nos irán ocurriendo iniciativas con que poner en marcha el efecto bola de nieve!

domingo, 20 de enero de 2008

Sentido de la realidad

Querido Tolico:
Jaime Gil de Biedma hubiera cubierto su cuota parte de contribución a la sociedad habiendo escrito sólo el poema

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
—como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
—envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

sábado, 19 de enero de 2008

La vida sigue igual

Mi querido Tolico:
Cuán deprisa se suceden los días: ¡alcanzamos un nuevo finde y nos corresponde antología! A propósito del octavo mandamiento, el que prohíbe levantar falso testimonio y mentir, Valentín Lamas Carvajal estima que pecan contra él:

“Los diputados que manifiestan en el Congreso que el país progresa y que el Gobierno trabaja para mejorar el ancestral sino de los labriegos; los partidos políticos que aseguran poseer la simpatía de la nación; los que casándose con mujer rica y fea sostienen que lo hicieron enamorados; los que dan palabra de casamiento a todas las muchachas; la mujer de veinte años que en cierta comprometida situación proclama que nunca vivió tal; el abogado que asegura al litigante que no tiene derecho y, luego, resulta lo contrario; el médico que diagnostica al ama de un sacerdote que no tiene cura; el sacristán que pide para las ánimas, y todos los que, a veces, olvidamos la verdad.”

(Catecismo do Labrego, 1889)

viernes, 18 de enero de 2008

18 de enero, Día Feliz

Querido Bartolo:
De mañana, a la entrada del metro, tomé el diario metro —no es un juego de palabras— y mi vista se detuvo en el smiley gigante que ocupa la mayor parte de su portada y en el término ¡Sonría!, mostrado igualmente en grandes caracteres. La milenaria y sabia cultura china recomienda sonreír a quien desee vivir del público. ¡La fuerza de la sonrisa! ¡El poder del optimismo! Y es que, esta cadena de periódicos, presente en 100 ciudades de la aldea global y con una estimación de 21 millones de lectores, pretende imponer el Día Feliz. Necesitamos, Tolico, de iniciativas así, iniciativas que nos despierten del letargo de la rutina del día a día, de las prisas, de las tensiones, de la ansiedad, de los fantasmas, de…
—¡Pobre aldeano Manoliño! ¿Sabrías definir la felicidad? ¡Qué ingenuo una vez más! ¿Dónde olvidaste tu madurez? Sociedad de Naciones, Organización de las Naciones Unidas, Día de los Enamorados, Día de la Madre, Día del Padre… ¿han mejorado en algo la vida del ser humano en el último siglo?

jueves, 17 de enero de 2008

Día de San Antón

Querido Tolico:
Desde que esta mañana al levantarnos nos enteramos a través de la radio de que hoy festejamos a San Antón, tu sensibilidad se acrecentó: te encuentro especialmente contento y comunicativo, más allá de tu habitual buen carácter.
La iglesia del santo vivirá las habituales peregrinaciones de ciudadanos que conducen a sus mascotas (boas, gatos, loros, ovejas, perros…) para recibir su bendición y sus favores.
Me preguntas si me molesta tu sensibilidad. Pero, ¿cómo voy a incomodarme contigo, Bartolo? Sucede que, después de toda una vida en este rompeolas de mar adentro que es Madrid, simplemente, no me habitúo a esta tradición que me transporta a otro tiempo.
No puedo evitar pensar en la imagen que se formarán de nosotros en los rincones de la aldea global cuando la televisión de turno rellene unos instantes de informativo recogiendo el evento.
Eres único, Tolico: ¿Debe importarme?

miércoles, 16 de enero de 2008

Justicia ¿virtual?

Mi querido Tolico:
En una de las primeras entradas diferenciábamos la realidad de la realidad virtual. Pues bien, la vida terminará por hacer equivalentes ambos conceptos.
—¿Estás loco, Manoliño?
—Como tú prefieras, Bartolo, pero convénceme de mi error si eres capaz. Existen en internet juegos que congregan a millones de jugadores.
—¿Millones, colega?
—Millones, Tolico: Second Life, del que hemos oído hablar a Asier, Habbo Hotel, éste con más de siete millones de seguidores, y otros.
—En unos meses, miles de millones de horas tiradas por la borda.
—Ésa, Bartolo, es sólo una de las perspectivas posibles.
—Para mí, ¡no existe otra!
—No seas así de radical y déjame que te cuente. En la realidad virtual de Habbo Hotel, como en nuestra realidad real, todo es objeto de transacción, y cuando a un participante se le va la mano y se apropia de lo que no es suyo, surge el problema, y créeme si te digo que no es de broma.
—¡No te quedes conmigo, colega!
—Que sí, amigo, que la policía judicial holandesa recibió varias denuncias por robo de bienes virtuales, y hasta un adolescente resultó arrestado.
—Pues que les juzguen virtualmente.

martes, 15 de enero de 2008

Otra vez el mar

Querido Bartolo:
Igual que aquellos viejos dioses paganos debían recibir periódicamente la vida del número de doncellas establecido para calmar su sed de locura, otra vez el mar ha vuelto a cobrarse su tributo, su portazgo.
Sobran las palabras, Tolico: vidas quebradas, familias rotas, ilusiones hechas añicos, futuro sombrío… y es que el dios del mar ha vuelto a enfurecerse.

lunes, 14 de enero de 2008

¡Desgraciados irresponsables!

Querido Bartolo:
La desgracia vivida este fin de semana en Vigo nos obliga a realizar una parada, cerrar los ojos y reflexionar. Lo primero que pasa por mi cabeza es que soy padre de un joven de 20 años y, aunque sea sólo por eso, estoy obligado a ser doblemente prudente a la hora de expresarme. La siguiente imagen —en función de lo que refieren los medios de comunicación— es que la falta de control ante un pique, la inconsciencia y la irresponsabilidad llevan la desgracia a tres familias, y la del matrimonio fallecido, sin posibilidad de rehabilitación. El penoso episodio, especialmente en víspera de elecciones como nos encontramos, debería hacernos reaccionar como sociedad: he visto en diversos medios cómo el lugar y otras zonas próximas son sede habitual de carreras de automóviles, filmadas en algún caso. Me pregunto por las acciones que hayan puesto en marcha las autoridades competentes para erradicar prácticas semejantes. Por otro lado, ¿qué sociedad conformamos, una sociedad libre o una sociedad libertina? ¿Qué escala de valores guía nuestros actos? ¿Qué escala de valores transmitimos expresa y/o tácitamente?
No puedo evitar recordar a Camba de nuevo. Cuando hace casi un siglo arriba a Newhaven, lo primero que le llama la atención es cómo impone la figura del guardia inglés en la aduana una madrugada de “frío terrible y lluvia”. Es tal la impresión que don Julio se pregunta: “¿cómo dudar de la fuerza que tiene aquí el principio de autoridad?” Y nuestro autor finaliza su reflexión estableciendo que los guardias ingleses “sostienen sobre sus hombros a toda Inglaterra”.

domingo, 13 de enero de 2008

Ángel González

Mi querido Bartolo:
Acepto tu sugerencia. Continuamos con la antología. Y, después del fallecimiento hace unas horas de Ángel González, hoy no podemos referirnos a otra persona: ¡Ángel González! ¡Maestro y Maestro Nacional! ¿Cuál sería el sentir del poeta acerca de la profesión? Repaso su biografía y su obra. Los medios se deshacen en elogios. Además de que resulten merecidos, ya se sabe que la muerte se encarga de encumbrarnos. Y, en la esperanza de que no lo estimes irreverente, Tolico, entresaco este poema suyo:

Diatriba contra los muertos

Los muertos son egoístas:
hacen llorar y no les importa,
se quedan quietos en los lugares más inconvenientes,
se resisten a andar, hay que llevarlos
a cuestas a la tumba
como si fuesen niños, qué pesados.
Inusitadamente rígidos, sus rostros
nos acusan de algo, o nos advierten;
son la mala conciencia, el mal ejemplo,
lo peor de nuestra vida son ellos siempre, siempre.
Lo malo que tienen los muertos
es que no hay forma de matarlos.
Su constante tarea destructiva
es por esa razón incalculable.
Insensibles, distantes, tercos, fríos,
con su insolencia y su silencio
no se dan cuenta de lo que deshacen.

(Ángel González)

Estimado don Ángel, querido Maestro: estoy seguro de que usted entiende esta entrada. No dudo que sí. ¡Un fuerte abrazo!

sábado, 12 de enero de 2008

Antología del fin de semana

Querido Tolico:
¡Qué bien nos entendemos, Bartolo! ¡Qué delicia cuando las relaciones funcionan así de fluidas y francas! El compromiso libremente adquirido de asomarnos a diario a la aldea global a través de este ventanuco que es el blog no ha de generarnos ansiedad, que bastante nos zarandea la vida. Pero no podemos ni debemos defraudar a los amigos lectores fieles de esta tribuna; así que acepto tu sugerencia de dar la vuelta a la tortilla e incorporar los fines de semana una antología de textos que sirvan de reflexión al respetable que coloque la pelota en su alero. ¡Bien! ¿Empezamos con don Camilo? Las líneas que siguen están tomadas del artículo que Cela escribe para el número inicial del primer diario digital español:

"Ni la imprenta mató al pincelito y a la pluma de ave del amanuense, ni la calcomanía ni la cámara oscura acabaron con la pintura, ni el cine sepultó al teatro, ni la televisión dio la puntilla al cine, ni la técnica degolló al espíritu: es la ley general a la que no podemos substraernos porque la naturaleza suma mejor que resta y se alía más con la vida que con la muerte."

(Camilo José Cela Trulock)
Por cierto, ¿cuál es tu actitud ante el progreso, Bartolo?

viernes, 11 de enero de 2008

La seducción de lo prohibido

Querido Tolico:
—¿De qué pasta estás hecho? ¿De qué madera está tallado el ser humano?
—¿Amaneciste con la metáfora puesta? ¡Céntrate, bonito!
—Tienes razón, Bartolo.
—No obstante, puedo responderte: estáis hechos de boj o tal vez de alcornoque, al menos la cabeza.
—Ahora, te sientes crecido y desbarras.
La humanidad, en general, acepta que una convivencia ordenada exige normas y que las normas imponen límites.
—Y, además, filósofo.
—Hoy, Bartolo, me pregunto —borriquito delante— y te pregunto por el extraño mecanismo que debe ponerse en marcha en el alma del ser humano para que se sienta empujado a transgredir la norma, a verse seducido por lo prohibido.
—Afloja, Manoliño.
—Acabo de cruzarme con una web que recoge cientos de fotografías tomadas en lugares en los que está prohibido realizarlas, desde la Capilla Sixtina hasta el Prado, pasando por el Louvre, Westminster, el Guggenheim neoyorquino…
—Por favor, ¡no sigas! El seducido soy yo. ¡Enlázame!

jueves, 10 de enero de 2008

Pleitesía a Ana Belén

Mi querido Bartolo:
Estimo que hoy debemos realizar un ejercicio de humildad y dejar a un lado nuestras cuitas y reflexiones para rendir pleitesía a Ana Belén en la entrada que realiza en el blog hermano del Daoíz.

miércoles, 9 de enero de 2008

¡Feliz año de la patata!

Querido Bartolo:
—Si yo te digo: 2008, año de la patata, ¿qué me respondes?
—Igual que si me hablaras del año del cerdo o de la rata, que te refieres al calendario chino.
Pues ya ves, Tolico, lo próximos que nos hallamos, que ese tuyo fue también mi primer pensamiento cuando leí el titular, y erré.
Hete aquí que Perú, de donde es originaria la patata y donde se cultiva y consume a raudales, propuso a la ONU homenajear al humilde tubérculo en reconocimiento al hambre que sació y sacia en el mundo. Y la Organización, dicho y hecho. Si mi padre levantara la cabeza, diría: ¡patacas, patacas!
—Pero, ¿tan importante es, colega? A mí, me encanta frita, crujientita y con su punto de sal, pero no podía imaginar que resultase de tal trascendencia.
—¡Qué sibarita eres, Bartolo!
Ya lo creo que tiene bien ganada la distinción. Es el cuarto alimento básico más consumido en el mundo; resulta ser la principal fuente de energía para más de mil millones de seres, los más necesitados del orbe; y acaban de descubrirla chinos e indios, con lo que el hecho conlleva en lo que se refiere a demanda. Sí, ahora te habla de España. Fue alimento básico en la economía de subsistencia que vivimos en Galicia hasta ayer, y en Canarias se consume a razón de 100 Kg por habitante y año. Y una nota histórica, de las que a ti te gustan, Tolico: el pirata Drake consiguió su título nobiliario, en buena medida, por haber mitigado la hambruna de su tierra con la aportación de la patata.
Así, pues, ¡feliz año de la patata!

martes, 8 de enero de 2008

“Permitidme tutearos, imbéciles”

Mi querido Bartolo:
—¡Qué serio, Manoliño!
—¿Cómo quieres que me sienta después del paréntesis de Navidad?
—¡Quéjate!
—No me quejo, pero…
Me reengancho a la rutina, pero antes quisiera llevar a cabo este ejercicio de disciplina que me impuse con la llegada del nuevo año.
—¿A qué podríamos referirnos hoy, Tolico?
—Así es cómo me gusta verte, Manoliño: cariñoso conmigo, percibiendo que me necesitas... Y no voy a defraudarte. Hoy podríamos ocuparnos de Pérez-Reverte.
—Modales, amigo, que no sois colegas, que yo sepa.
Don Arturo atesora en su devenir un episodio que lo iguala con Valle-Inclán. A don Ramón, en momentos difíciles, le ofrece trabajo Manuel Bueno —¡qué desgracia de bastonazo!—, y el autor declinó el ofrecimiento porque aspiraba a dedicarse a crear. A don Arturo, un pope de la comunicación le ofreció hace unos años colaborar en su programa, un programa radiofónico de gran audiencia, y el autor declinó también el contrato porque tal responsabilidad le distraería de su objetivo creador.
Hoy, Arturo Pérez-Reverte demostró su capacidad creadora y, además de hombre de letras, es un respetado pensador. Antonio, nuestro amigo y antiguo director, nos hace llegar en formato doc una de las últimas colaboraciones periodísticas del novelista, una reflexión en la que analiza a degüello la educación que practicamos en España desde hace tres décadas.
—¿Te apetece releer el artículo, Tolico? Lo localicé en internet y no tienes más que pinchar en su título:
“Permitidme tutearos, imbéciles”.

lunes, 7 de enero de 2008

Infinita estupidez

Tolico:
Estos días de asueto tocan a su fin y es hora de disponer el ánimo para reenganchar en el día a día. No me hables del siguiente paréntesis, que no quiero saber lo lejos que se encuentra. No obstante, permíteme preguntarte acerca de cómo te gustaría disfrutarlo o, ¿todavía no te lo has planteado?
—Yendo a Ucrania.
—Un poco lejos, ¿no?
—Tú, que se te llena la boca de hablar de la aldea global, ¿me dices lejos?
—¿Qué se te perdió en Ucrania?
—¡Chernobyl!
No estás loco, sino rematadamente loco, Bartolo. Ya sé que posees tu buena capacidad de riesgo —si hasta te fuiste de casa en una ocasión—, pero visitar la central nuclear de Chernobyl se sale de la cuadrícula. Debe de ser legítima la propuesta de la agencia de viajes que organiza semejante desatino, pero, ¿es lícita? El riesgo de radiación es brutal y la contaminación se mantendrá por espacio de 300.000 años. No te ofendas, colega, que ésta es una reflexión para mí: Einstein ya advirtió que “Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana”.

domingo, 6 de enero de 2008

Regalo de Reyes de Alejandra a sus abuelos

Mi querido Bartolo:
Nuestra amiga Alejandra regala a sus abuelos en este día de Reyes una pequeña gran carta que estoy seguro de que les hará llorar de emoción y de felicidad, porque escasean los adolescentes con los sentimientos y la sensibilidad de Alejandra. Con su permiso y con el tuyo, incorporo al blog su regalo:
“Mis abuelos han sido y son importantísimos en mi vida. ¡Y yo sin darme cuenta! Llevan todos estos años preocupándose por mí y ahora que ya lo aprecio estoy encantada de conocerlos.
Mi abuelo materno falleció hace dos años y lo conocí lo suficiente como para quererlo, comprenderlo y echarlo de menos. Mi hermana no ha tenido esa fortuna.
Al abuelo paterno no lo hemos conocido ninguna de las dos, pero estoy segura de que se siente orgulloso de nosotras.
Percibo como me voy haciendo adulta y, seguramente por ello, y acaso también porque me doy cuenta de que mis abuelas van a necesitar de mí, espero disfrutar de su compañía por todo el tiempo.
Y es que, a veces, especialmente cuando eres niña, no valoras ni aprecias suficientemente a los abuelos, y necesitas pasar por el mal momento de perderlos para darte cuenta de la realidad y echarlos en falta.”

sábado, 5 de enero de 2008

El azar y la Providencia


Mi querido Tolico:
Leí no hace mucho que un campesino centroeuropeo anota el número de huevos que ponen sus gallinas a diario y, al finalizar la semana, utiliza esos valores para jugar a la lotería primitiva. Como consiguió algún premio, confía en que el método mejore el estado de su economía de subsistencia.
Superada la resaca del sorteo de la lotería de Navidad, un sector de ciudadanos levanta sus ojos al del Niño con ansia, con expectación y con fe. ¿Crees en el azar, Bartolo? Te recuerdo que no eres gallego, de suerte que no te acepto la pregunta.
Cuando yo era niño, existían tres juegos de azar legalmente establecidos: la quiniela, la lotería y el cupón de la ONCE. A lo largo de estos años, el sistema multiplicó la lotería y dio a luz otros, prueba evidente de que cree en el azar, hasta el extremo de incitar a los ciudadanos mediante cuidadas y costosas campañas publicitarias a que malgastemos los pocos recursos de que disponemos (en el juego de la Primitiva, la probabilidad matemática de conseguir el premio gordo es una entre 31 millones). Ya, ya sé que, como consecuencia, el sistema, además de proporcionar empleo a miles de personas, se embolsa pingües beneficios; pero, ¿es lícito, Bartolo? Pregúntate una vez más si el fin justifica los medios. Y no me digas que los juegos de azar, si no existiesen, tendrían que ser creados. ¡No, Tolico! Lo que de verdad necesitamos es una formación más sólida.
Hace casi cien años, mi admirado Camba escribió una serie de crónicas desde el Reino Unido en las que analiza el carácter inglés. En una de ellas observa que "...los ingleses son unos hombres prácticos: confían en su trabajo para vivir y no en la Providencia [...] Y el español comienza a vociferar contra la Providencia, que no se preocupa de él".
Claro que ¡únicamente transcurrió un siglo!

viernes, 4 de enero de 2008

Nuestros temas

Querido Bartolo:
En el silencio de la madrugada, el viejo reloj de pared inunda el cuarto de trabajo con su perenne tic-tac. No puedo evitar que te sientas confundido: te embarco en esta aventura sin que sepas por qué escribo (¿vanidad, narcisismo...?), niego el libre albedrío y desconoces en torno a qué asuntos vamos a reflexionar. ¡No temas! Escribiremos acerca de esto y de aquello, y nos referiremos a lo divino y a lo humano, a lo que ocupa la cabeza del ciudadano en la ducha y a lo que comentamos en el café de media mañana o de media tarde, con la excepción de lo relativo a religión y a política, casi como si perteneciésemos a la carrera diplomática. Cervantes, el autor del título más editado después de La Biblia —¡qué pena para los gestores de derechos de autor que la obra pertenezca al dominio público!— no consiguió recibir más que satisfacciones virtuales de su pluma, con lo que, de él abajo, ¿a qué podemos aspirar los demás?
—¿A qué aspiras, pues, Manoliño?
Al amanecer, tu pregunta, Tolico, inunda la estancia. La respuesta, permítemelo, la tomo prestada del saber del maestro Azorín: "...nuestro vivir [...] es un combate inacabable, sin premio, por ideales que no veremos realizados..."

jueves, 3 de enero de 2008

En torno a la libertad

Querido Tolico:
Escribe don Miguel: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida; [...] ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!"
Observas curioso más que reflexivo la cita cervantina y, aunque no me lo expreses con palabras, intuyo que no te apetece profundizar en asunto de tal enjundia. Aun así, permíteme insistir, Bartolo: ¿Cuál es tu idea de libertad? No, por favor, no me respondas con otra pregunta, que el gallego soy yo. Te referiré la primera acepción que le adjudica la última edición electrónica del diccionario de la RAE: "Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos". Pero, ¡qué malandrín eres! Me dices que la percepción de la RAE respecto de la libertad no va contigo y te quedas tan fresco. Y yo debo aceptártelo, que por algo somos colegas.
Estimo que el Príncipe de los Ingenios no debió de sentirse muy libre en poder de los berberiscos ni tampoco en la cárcel Real de Sevilla, a la que llega tras su etapa como recaudador de impuestos por tierras de Écija, pero es sensiblemente diferente aventurar la vida en la realidad a hacerlo en la realidad virtual. ¡Feliz tú, Bartolo, que prefieres no darte por aludido en asunto tan relevante! No me extraña en absoluto, que en 55 años de existencia no tengo conciencia de haberme cruzado con ser humano alguno auténticamente libre.

miércoles, 2 de enero de 2008

La incomunicación

Querido Tolico:
Desde ayer, te encuentro especialmente pensativo y taciturno. Reflexionas en torno a esos setenta millones de blogs existentes en internet y en torno a las decenas de miles que nacen a diario, y te preguntas por la razón de semejante cosecha. Todavía no has terminado de asombrarte. ¿Qué opinas del hecho de que algo más de la mitad de los adolescentes estadounidenses suban contenidos a internet? Sorpréndete si quieres, pero no eres tú el único. The New York Times acaba de observar el fenómeno, lo estudia y llega a la obvia conclusión que alcanzaría cualquier ser que meditase en torno al asunto: el género humano vive incomunicado, necesitado de ser escuchado, necesitado de abrirse a los demás; y así, en otros tiempos escribía cartas al director de su diario o llamaba a la radio, para hoy, además, migrar al medio más universal y accesible, internet.
Hace tres décadas tuve oportunidad de departir con el señor Madrid, el alma del Teléfono de la Esperanza. Y es que, ya entonces, mi interlocutor apreció el aislamiento del ser humano en un momento en el que pensábamos que la comunicación —prensa, radio, televisión…— lo dominaba todo. Esa limitación precisamente le llevó a poner en marcha el mágico teléfono en el que encontrar siempre una voz dispuesta a hacer llegar un ¡hola! amigo a quien lo necesita.
Bartolo, en verdad que algunas veces me das miedo; ahora, clavas literalmente tu mirada en mí y tengo la sensación de que me preguntaras si este blog es la respuesta a esa necesidad.

martes, 1 de enero de 2008

El primer paso

Mi querido Tolico:
Como tú bien sabes, el año nuevo se presta a echar la vista atrás, a formular los mejores propósitos y a retomar el camino. ¿Y por qué no habría de ser un buen momento para iniciar un diario electrónico?
Me miras compasivo pensando que internet alberga unos setenta millones de blogs y que cada día nacen decenas de miles; acepto que así sea, pero, por favor, adopta al menos una brizna de actitud positiva y permíteme soñar con que podamos abrir un ventanuco que nos asome a esta inmensa aldea universal que es la world wide web.
Óscar Wilde ya descubrió que "no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo". ¿Tenemos qué decir? ¿Atinaremos a expresarlo? Piensa que seremos nuestros propios editores y que podremos dar rienda suelta a nuestra creatividad desde este modesto rincón híbrido de atalaya y tribuna. ¿Me acompañas? Ojalá que en estos ratos de tarea en común nos encontremos lúcidos. ¡En marcha, pues, Bartolo!

P. S.: Y dado que debemos un librito a Asier y que es él quien sibilinamente nos lanza a esta aventura, ¿qué te parece si le dedicamos este diario? ¡Me encanta cuando asientes, Bartolo!