— Querido Tolico, dime algo.
—Que estoy encantado, Manoliño. ¡Qué delicia leer el comentario de nuestro amigo Jorge! Con una madurez como demuestra, seguro que Feli y él atinan con la educación de Isabelita. ¡Qué preciosa es la condenada, y no extraña a nadie! ¡Y qué cariñoso el comentario de ese amigo anónimo que me cree una entelequia y duda si soy musa “o muso”! Me fascina que se ocupen de mí. Si hasta va a resultar que eres capaz de cumplir con tu función de hacerme popular.
—Gracias por la confianza, Bartolo. Por cierto, ¿qué tal tu salida de ayer?
—¡Ni se te ocurra! ¡Envidioso! ¡Pelusa! Te das cuenta de que la auténtica estrella del blog soy yo y quieres desprestigiarme. ¡Te lo prohíbo!
—Tolico, casi todos los seres visitan al podólogo en alguna ocasión y eso no menoscaba su dignidad.
—Me obligarás a retirarte la palabra, Manoliño.
—Te referías hace un instante a la madurez de Jorge. ¿Cuál es tu idea de madurez? Para la Real Academia Española, identifica “Buen juicio o prudencia, sensatez”.
—Sí, y veo que también “Sazón de los frutos”.
—Efectivamente, Tolico. A veces, por las razones que sean, los frutos son incapaces de madurar, no logran alcanzar ese grado deseable de maduración. Confío en que no sea éste tu caso.
—Que estoy encantado, Manoliño. ¡Qué delicia leer el comentario de nuestro amigo Jorge! Con una madurez como demuestra, seguro que Feli y él atinan con la educación de Isabelita. ¡Qué preciosa es la condenada, y no extraña a nadie! ¡Y qué cariñoso el comentario de ese amigo anónimo que me cree una entelequia y duda si soy musa “o muso”! Me fascina que se ocupen de mí. Si hasta va a resultar que eres capaz de cumplir con tu función de hacerme popular.
—Gracias por la confianza, Bartolo. Por cierto, ¿qué tal tu salida de ayer?
—¡Ni se te ocurra! ¡Envidioso! ¡Pelusa! Te das cuenta de que la auténtica estrella del blog soy yo y quieres desprestigiarme. ¡Te lo prohíbo!
—Tolico, casi todos los seres visitan al podólogo en alguna ocasión y eso no menoscaba su dignidad.
—Me obligarás a retirarte la palabra, Manoliño.
—Te referías hace un instante a la madurez de Jorge. ¿Cuál es tu idea de madurez? Para la Real Academia Española, identifica “Buen juicio o prudencia, sensatez”.
—Sí, y veo que también “Sazón de los frutos”.
—Efectivamente, Tolico. A veces, por las razones que sean, los frutos son incapaces de madurar, no logran alcanzar ese grado deseable de maduración. Confío en que no sea éste tu caso.
1 comentario:
Muy bueno, es cierto que hay frutos que envejecen, se pudren,
caen del árbol por lo que contaminan la tierra y lo que hay a su alrededor, y todo esto sin haber madurado.
Publicar un comentario