—Mi querido Bartolo: Asier y alguna otra persona se interesan por tu paradero en el fin de semana, como que te imaginan ausente.
—Mis admiradores saben que soy algo cascarrabias, pero no ignoran que, cuando tratamos asuntos serios, la responsabilidad es mi divisa.
—Hoy, está más claro que nunca que no tienes abuela, Tolico…
—Y es verdad: ya no tengo abuela, supongo, soy único y te prevengo para que no te confíes, que el alma y la estrella del blog soy yo. Por cierto, te veo confundido, sin tema decidido para la reflexión de hoy. A ver si nos centramos, Manoliño. Mientras tanto, permíteme que deje constancia de mi pesar, de la pena que me causa el ensañamiento con que el mar se aplica en Galicia estas últimas semanas en particular. El sábado, mientras honrábamos a los marineros de Camelle y a sus familias, un leal servidor público, miembro de la Guardia Civil del mar, fallecía víctima de naufragio cuando participaba en un salvamento que resultó ser una falsa alarma. ¡Lástima! ¿Cuándo descansará la madre sin sueño?
—Gracias, Tolico, por dejar testimonio del hecho, que no quisiera resultar cansino y monotemático ante nuestros lectores.
—Dicho queda, Manoliño. Y ahora, ¿qué?
—Podríamos referirnos al deterioro que experimenta la almendra central de nuestra capital.
—Pero, ¿no habíamos establecido que religión y política son asuntos vetados en los Manólogos?
—Bartolo: no vamos a ensañarnos con los Hunos ni con los Hotros —para emplear el lenguaje de Unamuno—, pero resulta inadmisible el paisaje urbano de la plaza del Carmen, de la calle de la Montera y aledaños, a pocos metros de la Puerta del Sol, con botellón, suciedad, prostitución a gogó y una comisaría en la que hacen guardia cada noche un grupo de inmigrantes necesitados de algún documento administrativo. Ojalá que las cámaras que esta madrugada entraron en servicio palíen espectáculo tan penoso.
—Y Tolico pone la guinda: ¿ande andarán los Hunos y los Hotros?
—Mis admiradores saben que soy algo cascarrabias, pero no ignoran que, cuando tratamos asuntos serios, la responsabilidad es mi divisa.
—Hoy, está más claro que nunca que no tienes abuela, Tolico…
—Y es verdad: ya no tengo abuela, supongo, soy único y te prevengo para que no te confíes, que el alma y la estrella del blog soy yo. Por cierto, te veo confundido, sin tema decidido para la reflexión de hoy. A ver si nos centramos, Manoliño. Mientras tanto, permíteme que deje constancia de mi pesar, de la pena que me causa el ensañamiento con que el mar se aplica en Galicia estas últimas semanas en particular. El sábado, mientras honrábamos a los marineros de Camelle y a sus familias, un leal servidor público, miembro de la Guardia Civil del mar, fallecía víctima de naufragio cuando participaba en un salvamento que resultó ser una falsa alarma. ¡Lástima! ¿Cuándo descansará la madre sin sueño?
—Gracias, Tolico, por dejar testimonio del hecho, que no quisiera resultar cansino y monotemático ante nuestros lectores.
—Dicho queda, Manoliño. Y ahora, ¿qué?
—Podríamos referirnos al deterioro que experimenta la almendra central de nuestra capital.
—Pero, ¿no habíamos establecido que religión y política son asuntos vetados en los Manólogos?
—Bartolo: no vamos a ensañarnos con los Hunos ni con los Hotros —para emplear el lenguaje de Unamuno—, pero resulta inadmisible el paisaje urbano de la plaza del Carmen, de la calle de la Montera y aledaños, a pocos metros de la Puerta del Sol, con botellón, suciedad, prostitución a gogó y una comisaría en la que hacen guardia cada noche un grupo de inmigrantes necesitados de algún documento administrativo. Ojalá que las cámaras que esta madrugada entraron en servicio palíen espectáculo tan penoso.
—Y Tolico pone la guinda: ¿ande andarán los Hunos y los Hotros?
3 comentarios:
Me he emocionado al leer su articulo, le sigo desde el principio aunque no dejo comentarios, no me es fácil escribir pero me gustaría hacerlo si fuera capaz de expresar o trasmitir lo que siento. Soy hijo, nieto y hermano de la Benemérita y he vivido todo lo que se ignora y en muchas ocasiones se desprecia y se ataca a los cuerpos de seguridad, sean de donde sean, y que haya alguien con la sensibilidad de recordar y dedicar un comentario a un Guardia Civil fallecido por prestar sus servicios con entrega y sin mirar el riesgo que corría por (“salvar” a un supuesto cadáver), es muy de agradecer, algo que los medios de comunicación, y no todos, informaron rutinariamente, por encima, como suele ser habitual. Muchas gracias.
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Hallan el cuerpo sin vida del
guardia civil que desapareció en la costa de Ferrol El guardia civil había desaparecido a las nueve de la noche en la zona costera de Ferrol, en donde participaba en una operación de búsqueda de un cadáver, según han informado fuentes de Salvamento Fisterra.
“¿ande andarán los Hunos y los Hotros?”
Eso nos preguntamos muchas “ciudadanas” y “ciudadanos”, ¿ande andarán?
Y ¿ande anda el gato polaco?
Nunca pienses en volver atrás
aunque el desánimo te empuje
Como un aullido interminable
Nunca te entregues ni te apartes,
junto al camino nunca digas,
no puedo mas, aquí me quedo.
Acuérdate de lo que un día escribí
Pensando en ti como ahora pienso.
¡¡¡¡BESAZOOOOOO!!!!
Estimado amigo Anónimo:
Por decisión personal y, además, siguiendo el deseo de Tolico (ya sabe Vd. cómo está de cascarrabias algunos días, aunque en su descargo anotaré una vez más que tiene un corazón que se le sale del pecho), permítame participarle:
1) Nuestro reconocimiento por entrar al blog y por aportar su comentario. Google Anlytics nos permite saber exactamente cuántas personas nos visitan cada día, pero nos reconforta especialmente leer la intervención de un amigo. Gracias, pues, por su aportación.
2) No sea modesto: transmite Vd. con toda naturalidad, sencillez y exquisitez; y, en cuanto se lo proponga, escribirá lo que se plantee llevar al papel.
3) En verdad le digo que no tiene mérito alguno lo que hacemos: el ser humano que tenga la desgracia de extraviar la última brizna de su corazón habrá perdido su condición para pasar a ser un zombi.
4) No imagino al hijo de un marinero que, además, pertenece a la primera promoción de la IMECAR (Instrucción Militar para la Escala de Complemento de la Armada), insensible ante una desgracia que se produca en la mar.
Con nuestra gratitud, reciba un fuerte abrazo.
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