sábado, 19 de abril de 2008

De los bancos callejeros (‘La colmena’)

Desde las primeras semanas, dedicamos las entradas de sábados y domingos a antología u otros. Como continuación de la entrada de ayer, y a sugerencia de Bartolo, incluimos unas líneas tomadas de La colmena, de Camilo José Cela Trulock.
Si quisieras curiosear en torno al autor o a la obra, entra a Wikipedia y teclea lo que te interese en el cuadro de texto buscar, situado en el área de la izquierda (me resulta imposible incluir ambos enlaces porque incorporan el símbolo %, que no acepta esta plataforma).

“Los bancos callejeros son como una antología de todos los sinsabores y casi todas las dichas: el viejo que descansa su asma, el cura que lee su breviario, el mendigo que se despioja, el albañil que almuerza mano a mano con su mujer, el tísico que se fatiga, el loco de enormes ojos soñadores, el músico callejero que apoya su cornetín sobre las rodillas, cada uno con su pequeñito o grande afán, van dejando sobre las tablas del banco ese aroma cansado de las carnes que no llegan a entender del todo el misterio de la circulación de la sangre. Y la muchacha que reposa las consecuencias de aquel hondo quejido, y la señora que lee un largo novelón de amor, y la ciega que espera que pasen las horas, y la pequeña mecanógrafa que devora su bocadillo de butifarra y pan de tercera, y la cancerosa que aguanta su dolor, y la tonta de boca entreabierta y dulce babita colgando, y la vendedora de baratijas que apoya la bandeja sobre el regazo, y la niña que lo que más le gusta es ver cómo mean los hombres…”

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