—Pido permiso a don Camilo, Bartolo, para que nos permita tomar prestadas las cuatro primeras palabras de su discurso de recepción del Premio Cervantes y llevarlas al título de esta entrada…
—Eso, Manoliño, pensará la familia de los dos únicos tripulantes del Saulo, el buque que se hizo a la mar en Barbate con dirección a Canarias y del que no se tenían noticias desde el 13 de marzo.
—El barco, por fin, ha sido encontrado y estoy seguro de que sus tripulantes no dudarán en adoptar la divisa de Cela: “El que resiste, gana”.
—Y, como si fuesen Jonases del siglo XXI, nuestros protagonistas, igual que el gallego universal en el discurso que citas, al llegar a tierra, aceptarán que “todos los puertos son seguros tan pronto como se rinde en ellos la más azarosa y difícil singladura”.
—Eso, Manoliño, pensará la familia de los dos únicos tripulantes del Saulo, el buque que se hizo a la mar en Barbate con dirección a Canarias y del que no se tenían noticias desde el 13 de marzo.
—El barco, por fin, ha sido encontrado y estoy seguro de que sus tripulantes no dudarán en adoptar la divisa de Cela: “El que resiste, gana”.
—Y, como si fuesen Jonases del siglo XXI, nuestros protagonistas, igual que el gallego universal en el discurso que citas, al llegar a tierra, aceptarán que “todos los puertos son seguros tan pronto como se rinde en ellos la más azarosa y difícil singladura”.
P.D.: Al anónimo comentarista de la entrada ¿Es la formación un arma cargada de futuro?, le dejamos la constancia de nuestra gratitud y la convicción de que sus palabras están “cargadas” de sentido de la realidad.
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