miércoles, 30 de abril de 2008

Bartolo, ¡el mito!

—Querido Manoliño: ahora que Google ya me reconoce como lo que soy, una auténtica figura, voy a crear el mito.
—¿El mito, Tolico?
—¡El mito!: ser protagonista de la Historia, que el mundo entero sepa de Tolico.
—¿Vuelves a la obsesión?
—¿A la obsesión?¡A la realidad! Ahí tienes a Marcos: buena planta, el misterio en que le envuelve el pañuelo rojo y el pasamontañas, nombra un par de títulos como sus libros de cabecera y le acosan las mujeres…, y desde que se confiesa enamorado de Angelina Jolie, ni te cuento.
—¿A qué Marcos te refieres, Tolico? ¿Al de Imelda?
—¿Quién es Imelda?
—Déjalo, porque entramos en un auténtico diálogo de besugos.
—¡Marcos, el subcomandante zapatista! ¡Qué listo el puñetero! Todo revolución, pero “ama con locura” a Angelina Jolie. ¡Yo también te quiero, Angelina! Por cierto, ¿crees que le gustaré? Porque no estoy muy seguro de mi físico.
—¿Y pretendes formar parte de la Historia simplemente rindiéndote a los pies de Angelina Jolie?
—Voy a estudiar inglés, también.
—Atinada decisión, Tolico; si no, ¿cómo te comunicarás con la amada?
—Está decidido, Manoliño. Tengo a la profesora más competente y popular: una escultural veinteañera rusa, rubia y de ojos azules cuyas lecciones han sido vistas en YouTube más de cincuenta millones de veces. Cómo será, que los alumnos ¡hasta le piden lecciones de desnudo!

(Nos reencontramos en unos días. Gracias.)

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