lunes, 31 de marzo de 2008

¿Es la formación un arma cargada de futuro?

—Dícese de Sócrates, Tolico, que, la víspera de ingerir la cicuta, rogó a un músico encarcelado con él que le enseñara un tema que interpretaba con la lira. El músico, con sorpresa evidente, le preguntó para qué, y el filósofo le respondió: “Para conocerlo antes de morirme”.
—El gran Sócrates, además de reconocer humildemente que no sabía nada, persiguió que sus conciudadanos fuesen personas cultas. Que yo sepa, no llegó a decir como mi admirado Celaya que “La poesía es un arma cargada de futuro”, pero valoró profundamente la formación. Y a todo esto, ¿de qué va hoy la entrada, Manoliño?
—Pues, como tú imaginas, de formación, de educación. Leo que la Comunidad de Madrid censa más de 40.000 personas analfabetas absolutas.
—¿Son muchas?
—Como siempre, Bartolo, depende del color del cristal: uno de los titulares proclama que hace cinco años el número era el doble.
—Considerando que el mayor volumen de analfabetismo se circunscriba en torno a las personas mayores, ¿no será que la extraordinaria reducción de ese número haya de atribuirse a causas naturales?
—Por otro lado, el sistema, cuando no quiere, no se entera del resultado de curiosas investigaciones.
—¿Como cuál?
—La de Harvard, que concluye que la esperanza de vida aumenta con la formación.
—Estás loco, colega. Ignoro qué uso das a ese cabezón. Fíjate en mi cabecita y en cómo reflexiono: el sistema, como tú dices, cuantas menos pensiones deba abonar, pues eso que se ahorra.
—No seas malvado, Tolico. Ya sé que ésta es tu nota graciosa y que no sientes lo que dices. Por otro lado, ¡qué delicia cuando lees que se alfabetiza un brasileño de 101 años!
—Casi como Sócrates.
—Y, ¡qué pena cuando te enteras de que es juzgado un joven por quebrantar la sentencia que le obliga a alfabetizarse!
—A la vez que yo, Tolico, pido a Óscar que no nos tome en consideración esto último, manifiesto que una sociedad carente de formación sólida está llamada a perder la batalla del futuro.

domingo, 30 de marzo de 2008

Ahí es nada, don Miguel

Imagen procedente de Caracteres Literarios


Los días de…, las conmemoraciones, los centenarios… presentan el inmenso valor de traer al primer plano de la actualidad y de la conciencia un hecho, una situación, una obra… Cuando pasa el tiempo del evento, el asunto objeto de celebración vuelve al ostracismo. ¿Has oído hablar del Quijote en los últimos 12, 6 ó 3 meses? Pues sigue vivo y fresco, como recién escrito, y es capaz de proporcionarnos motivo para profundas y largas reflexiones, como cuando Cervantes escribe:

“Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que esté.”

sábado, 29 de marzo de 2008

Vuelve “La Casa de la Troya”

Imagen procedente de Internet

Con los ojos cerrados, puedo describir el lomo del libro: arriba, el nombre del autor seguido de doble subrayado; un poco más abajo, el título; y, al pie, la editora, la librería Galí, de Santiago. Pues bien, leo en La Voz que vuelve La Casa de la Troya. Tomo el viejo ejemplar, leído hace muchos años, cuando todavía no subrayaba, paso hojas y te ofrezco estas líneas:

“— ¿Usted ha estado en Madrid? —interrogó Gerardo.
—No, señor; pero un año de estos, antes de llegar a viejo, le he de ir allá a correrla unos días… Y eso que por acá también se le corre… !Y más bien!
— ¿Aquí? —preguntó el estudiante asombrado.
— ¿E logo? Se extraña usted, claro está. A todos les ocurre lo mismo cuando vienen por primera vez. Piensan que en Santiago no es posible divertirse.
— ¿Con la lluvia, las calles a oscuras y esta tristeza…?
—Con todo eso, señorito. Tristeza hayla, no se puede negar; agua del cielo también cae abondo, mas para estar alegre basta con que uno tenga alegría. En teniendo el cuerpo contento, se ríe uno así estén las piedras de la Catedral negras de un mes de lluvia… En cuanto a la oscuridad de las calles, hale de parecer muy bien cuando lleve aquí una temporadiña y se arme su choyo con alguna rapaza. Eso de los faroles apagados le es cosa de un concejal que conocía bien el pueblo y las conveniencias de los hombres, sobre todo de las personas serias.
— ¿Y llueve siempre como hoy?
—Mucho más. Lo de hoy no le es nada; un orballo.
— ¿Es verdad que dura muchos días el agua?
—!Ay!, le hay veces que se le pasa un mes lloviendo. Y algunas, más. Pero non pase pena; los primeros días estará usted mal, luego se acostumbrará usted y…”

viernes, 28 de marzo de 2008

¿Ultraje, dignidad o publicidad?

—Querido Tolico: ¿Qué me dices? Ayer, enfurruñado y hoy, apreciando las visitas de nuevos amigos, muestras gesto relajado y satisfecho.
—Voy a seguir tu estrategia, Manoliño, o sea, no responder a provocaciones.
—¿Has visto que a Asi le pareció radical tu planteamiento de retorcer el escroto a los protagonistas del post antepasado…
—No me chantajees con Asi, que ya sabes que esté en acuerdo o en desacuerdo con él, yo todo se lo acepto o se lo disculpo de buen grado.
—Es la tuya, Bartolo, una actitud que te honra y nos honra, pero ya está bien de introducción y debemos entrar en materia. Por asociación de ideas con la apreciación de Asi, ¿qué dirías si te retocaran tus atributos?
—Deja que me reponga, Manoliño, y que me pellizque para asegurarme de que no estoy soñando, porque no sé si de verdad estás tonto o si fumas a escondidas: ¡retocar mis atributos!
—Parece que no me conocieras, Bartolo. Ya sabes que no hablo a humo de pajas, sino con fundamento. Y el caso es que el actor Juan Pablo di Pace se siente ultrajado porque los responsables del Covent Garden retocaron progresivamente su virilidad a lo largo de siete años en el cartel promocional de Rigoletto.
—No abuses de mi buena fe, colega, que cualquier día me abocas al infarto. Yo invito a nuestro protagonista a que repita la experiencia del señor Jacobs y, dentro de un año, habrá alcanzado un grado de madurez como jamás habría imaginado, ¿o no?

P.D.: en el post de hace un par de días, con mucho gusto dedicamos unas líneas a Óscar y a Asi.

jueves, 27 de marzo de 2008

Bartolo, celoso

—¿Celoso yo? ¡Harto! Haces lo que te viene en gana y esto tiene que acabarse de una vez.
—Tolico se siente celosete porque se nos suscitó la posibilidad de participar en un blog colectivo de gallegos por el mundo y no hemos resistido la tentación de dar el paso. Ya verás, colega, como lo entiendes. Y, a nuestros amigos habituales, les invitamos a ver la entrada de hoy en El blog colectivo de los gallegos por el mundo. Gracias.

P.D.: Con el post de mañana dedicaremos unas líneas a Óscar y Asi.

miércoles, 26 de marzo de 2008

¿Se tocan los extremos?

—¿Crees, Bartolo, que tú debieras heredar a tu abuelo?
—No existiendo ya mi padre, como es el caso desgraciadamente, por supuesto.
—Pero, ¿sabes que el heredero acepta no sólo derechos, sino también obligaciones?
—No me enredes, Manoliño, que eres un liante. Yo, como heredero, derechos.
—Pon atención, Tolico: hace cien años, un ciudadano del norte de la India efectuó una denuncia. Después de una larguísima deliberación, el consejo local estimó falsa aquella acusación y falló castigando al nieto del denunciante.
—¡Júrame que no fumaste, Manoliño!
—Relájate, colega. Voy con el otro extremo: un ciudadano, conduciendo sin carné un vehículo sin asegurar, atropella mortalmente a un peatón, se da a la fuga omitiendo el deber de socorro y coloca el marrón a un hermano menor de edad…
—No te pases, Manoliño: ¿de verdad que no fumaste?
—Prosigo: puesto en claro tal cúmulo de desatinos, la Justicia condena al figura a tres años de cárcel y a una indemnización económica; a los diez meses de encierro, el condenado comienza a disfrutar de permisos; y a los catorce, goza del tercer grado.
—Si me juras que no fumaste, Manoliño, tendré que pensar que una y otra justicias —y pronuncio el término con minúscula— están desafinadas.

martes, 25 de marzo de 2008

¿Qué sociedad forjamos?

Torre Picasso-Fotografía de Wikipedia

—Leo el título y no puedo creerlo, Manoliño. ¿Es que no te das cuenta de que ésta es la típica pregunta que formularía un viejo? No sé si deseo que se me relacione contigo.
—Ya veo que la Semana Santa te dejó las baterías a rebosar. Pues bien, ignoraré las impertinencias.
—Actúa como quieras, pero, ¡insistiré!
—¿Qué dirías, Bartolo, de
este hecho: la Guardia Civil de Tráfico y los servicios de emergencia se disponen a auxiliar a un ciudadano, y, cuando alcanzan el lugar del accidente, se encuentran con el vehículo volcado y convenientemente cerrado, pero sin conductor.
—¿Se lo tragó la tierra, acaso?
—Supone el informador que se fue a dormir.
—¿La mona?
—Es posible que no estés errado, Tolico.
Nuevo caso: un joven inconsciente salta la vía del metro de uno a otro andén mientras un tarado como él graba la machada y cuelga el vídeo en Internet.
—Pero, ¡qué negativo estás! Actitud positiva, Manoliño, actitud positiva. Una gesta así es propia de un auténtico maletilla del deporte que llama la atención en busca de una oportunidad en las próximas olimpiadas.
—Debo aceptar que no te reconozco. Paso ya a la última de las curiosidades de hoy:
los servicios de limpieza madrileños eliminaron en dos meses una superficie de grafitis equivalente a la de la Torre Picasso…
—Insisto, colega: artistas en ciernes en busca de una oportunidad.
—Ya, pero es que tal oportunidad costó a los contribuyentes madrileños un gasto inútil de mil millones de pesetas.
—Manoliño, además de viejo, estás espeso y no captas mi ironía. ¿Sabes lo que se merecen unos y otros?
—¿Qué, Bartolo?
—Que les retuerzan el escroto, a ver si se les quitan las ganas de…

P.D.: En el momento de comprobar los enlaces, advierto que los autores de la hazaña del metro retiraron su vídeo de YouTube; la realidad, sin embargo, es la que es.

lunes, 24 de marzo de 2008

De nuevo, el crimen de Cuenca

—¡Manoliño hizo los bujeros!
—Querido Bartolo: Manoliño, como tú dices, hizo los bujeros, pero dejó alguna cosita a medio terminar; y, en verdad, me extraña que no me lo pases por los morros.
—Estrategia, pura estrategia. De este modo, predispongo a mi favor a los lectores y, cuando me parezca, ¡zas!, colleja. Si te parece, empiezo ya; y, si no, también. ¿Quieres decirme qué harás con esa colección de asuntos-enlaces que guardas en cartera para tratar en el blog?
—¿Es culpa mía, acaso, que la actualidad sea así de prolífica? Los que se queden viejos, se caerán solos. Y vayamos al grano. Al decir de la noticia, parece haberse clonado el crimen de Cuenca. Y lo peor es pensar en la cantidad de crímenes de Cuenca que se estén repitiendo de uno a otro confín de la aldea global…
—Y que puestos a ser realistas, colega, cualquiera puede resultar víctima.
—Toda profesión y todo trabajo, independientemente de su valoración social, conllevan un grado de responsabilidad que debería inducirnos a reflexionar más a menudo en torno a qué hacemos, a cómo lo hacemos, a si eso que hacemos es todo lo que podemos hacer y a cómo mejorar nuestra labor, especialmente cuando la materia prima son seres humanos.
—Definitivamente, Manoliño, dimito, porque no planteas asuntos que den lugar a polémica y que los dos coincidamos empobrece la entrada. Por poner algo de salsa a asunto tan serio: desde una perspectiva estadística, es aceptable que la Justicia cometa algún error.
—Cierto, Tolico, pero “Quen leva, leva”, dice un viejo refrán, y dudo que pensaras de igual modo si tu pellejo fuera el de Willie Earl y hubieras pasado toda una vida de cadena perpetua penando por un delito no cometido.
—Mejor no pensarlo y hacer votos para que el azar no se fije en tu número en sorteos así.

miércoles, 19 de marzo de 2008

19 de marzo, día del padre

—Tal día como hoy, Manoliño, no puedo evitar sentirme apagado.
—¿Apagado? ¿Por qué?
—¿Y tú me lo preguntas? ¿Dónde has olvidado tu sensibilidad, tu saber estar, tu…?
—¡Serénate, Tolico, por favor!
—¡Serénate, Tolico! ¿Qué sabrás tú? ¿Cuál ha sido tu regalo hoy, que ni te dignas comentármelo?
—Lo siento, colega. Créeme que, en ocasiones como ésta, no sé qué actitud adoptar para que no te rayes.
—No han sido calcetines ni camisa ni pañuelos ni corbata…
—Efectivamente, amigo. Se trata de El economista camuflado, de Tin Harford, un best seller que promete engancharme.
—Enhorabuena, Manoliño, pero, ¿te has parado a pensar que de cada cuatro padres, uno no lo es en realidad?
—¡Amarillista! ¡Tú si eres amarillista! Por otro lado, cuando el ama lea la entrada de hoy, ¡vas a enterarte!
—Tú eres quien se va a enterar, que te vas a hartar de bricolaje en estos días de Semana Santa, de hacer bujeros, de…
—¡Basta, Tolico! Advierte a nuestros amigos que abrimos un paréntesis hasta el próximo lunes en que, Dios mediante, con los bujeros hechos, como tú dices, volveremos a encontrarnos.
—¡Palabra de Tolico!

P.D.: Gracias a Alban por entrar y por su comentario. Además de conocer a través de Google Analytics las visitas que recibimos, no me canso de escribir que, a Bartolo y a un servidor, nos gratifica conocer la percepción de nuestros amigos.

martes, 18 de marzo de 2008

Gato blanco o gato negro…

—Hoy, Tolico, de tranquis, que dice la peña joven.
—No me agobies con los gatos, que ya sabes que me producen erisipela, Manoliño.
—Los Archivos Nacionales británicos acaban de desclasificar un curioso informe que descoloca al ser humano más sereno. Es conocido que Hitler se dejaba seducir por la astrología a la hora de tomar decisiones. Lo que yo ignoraba es que el servicio reservado del Reino Unido —con lo cartesianos que son ellos— estimase que el secreto para acabar con el genocida estaba escrito en las estrellas.
—Las estrellas, colega, como el papel e Internet, lo soportan todo. Y a buscar un astrólogo de prestigio, supongo…
—Y supones bien, porque no tuvieron que romperse mucho las entendederas para dar con un charlatán berlinés que en pleno 1940 cobraba en Londres el equivalente a mil euros a quien quisiera utilizar su capacidad adivinatoria.
—¡Admirable embaucador! ¡Qué envidia! Mejor que colaborar graciosamente contigo en el blog, voy a estudiar pasarme a ese negocio…
—El Gabinete de Guerra calificó al sujeto de inteligente y astuto, y se dice que la estrategia británica parecía depender de su criterio…
—Pero…
—Pero, como no cazaba ratones, fue apartado del servicio.
—No me extraña en absoluto, Manoliño, porque no es en vano que Lincoln ya advirtió que “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

lunes, 17 de marzo de 2008

Dieciocho familias destrozadas

—Con este título y el gesto que muestras…
—Desde anoche, Tolico, los medios de comunicación informan de que en la fase inicial de Semana Santa se produjeron en carretera la mitad de muertos que el año pasado. Trasladando a la ciudadanía la idea de mitad, tácitamente tranquilizan nuestras conciencias, pero la realidad es que en la noticia coinciden dos verdades, la de la mitad y la de que esa mitad deja dieciocho familias destrozadas.
—No debe resultar fácil cambiar esta situación, Manoliño.
—Por supuesto que no, colega. Millones de conductores significan millones de sensibilidades y millones de modos de entender la responsabilidad y la obligación. Pero esta sangría no debe ser admitida con resignación por la sociedad como el tributo al progreso. Porque, la carretera engulló en diez años a 18.000 jóvenes; luego, otras tantas familias rotas, y sin entrar a valorar el coste social, superior a 160.000 millones de euros.
—¡Los ceros me marean, Manoliño!
—Consignemos como botón de muestra que, hace unos días, la Guardia Civil desbarató una “gran quedada para valientes”, una carrera ilegal —¡Olé!— . Por su parte, el sistema, en los últimos años, pone en marcha iniciativas tendentes a rebajar tanta desgracia, pero con resultados más pobres de lo deseable.
—Acepta una vez más, Manoliño, que mientras la sociedad como tal no se conciencie de verdad, el sistema no se sentirá obligado también de verdad.

domingo, 16 de marzo de 2008

Cela, camino de la Alcarria

—Observando la imagen y leyendo el título, Manoliño, no puedo evitar aceptar que la tierra te puede.
—Querido Bartolo: a unos ochenta metros de la madrileña plaza de Manuel Becerra, en la acera de la derecha en dirección a Goya, a la altura del concesionario de vehículos y en la primera planta, el curioso —¡qué bien se expresa el maestro en tercera persona!— puede deleitarse con la placa que reproducimos. Desde este lugar, don Camilo se dirigió a pie a la estación de Atocha camino de la Alcarria. De ese fragmento de la obra, entresaco estas líneas:

“El viajero, una hora antes de la salida del tren, baja las escaleras de su casa. Antes, se ha ido a despedir de su niño pequeño, que duerme, tumbado boca abajo, como un cachorro, porque tiene calor.
[…]
El viajero, dándole vueltas a la cabeza, va por las tapias del Retiro, llegando a la Puerta de Alcalá. Ve muy claro todo lo que piensa, y un poco confuso, quizá, todo lo que ve. El día fuerza por levantarse, cauto, desconfiado, sobre los cables más altos, sobre las últimas azoteas de la ciudad, mientras los gorriones recién despiertos chillan, en los árboles del parque, como condenados. En el parque también, sobre la yerba, la república de los gatos cimarrones, dos docenas de gatos sin fortuna, sin amo, dos docenas de gatos grises, malditos, sarnosos; de gatos que, sin un sitio al lado de ningún hogar encendido, deambulan en silencio, como aburridos presos sin esperanza o enfermos incurables, dejados de la mano de Dios.”

sábado, 15 de marzo de 2008

Galileo, encumbrado

—Manoliño, Manoliño, este título no me gusta nada: a ver si nos documentamos.
—Aclárate, Bartolo.
—¿Acaso pretendes descubrir a Galileo a estas alturas de la vida?
—¿Descubrir yo a Galileo? ¿Es que existe alguien a quien resulte novedoso ese nombre? Además, a Galileo le rehabilitó Juan Pablo II hace quince años, cuando se cumplían 350 de su muerte.
—Pues empieza por ahí, colega. Por cierto, ¿por qué nos ocupamos hoy de este toca-narices?
—¡Bartolo! ¿Qué pretendes?
—¿Qué pretendo? Sigue los trabajos de Copérnico y, en lugar de ser consecuente, se achanta…
—¡Pues no tenía acoquine Copérnico, que guardó diez años en el cajón el manuscrito que contenía su descubrimiento!
—Insisto, se achanta y murmura aquello de “y sin embargo, se mueve”. ¡No y no! Tenía que haberse dejado quemar en la hoguera.
—¡Iconoclasta! ¡Loco! Shakespeare llama hereje a quien enciende la hoguera. ¿Quieres pasar a la Historia por tal? ¿Qué habría adelantado Galileo? ¿Hubiera mejorado el género humano de algún modo? Hay días que no te reconozco, Tolico. Por favor, relájate leyendo la noticia que da lugar a esta entrada y reflexiona en torno a estos principios del señor Galilei:

"Las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el universo".

"No me siento obligado a creer que un Dios que nos ha dotado de inteligencia, sentido común y raciocinio, tuviera como objetivo privarnos de su uso".

"Mide lo que sea medible y haz medible lo que no lo sea".

"En lo tocante a ciencia, la autoridad de un millar no es superior al humilde razonamiento de un hombre".

"La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo".

"No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo".

viernes, 14 de marzo de 2008

Y Noia se quedó sin aire

—Esfuérzate un poco y seguro que encuentras un título algo más amarillo, Manoliño. ¿O buscas que los noieses te corran a gorrazos en la próxima ocasión que te pierdas por las empedradas calles medievales de la villa?
—¡Qué exagerado eres, Tolico! Sabes de mi pasión por Noia, y no me preguntes el porqué. No es éste el lugar en que realizar un ensayo en torno a ella y tan sólo podemos remitir a nuestros amigos a la
página de la Diputación, que la web municipal se halla en construcción desde toda la eternidad. Por fortuna, no faltan plumas con sensibilidad y hondura que dan testimonio del encanto de aquel rincón, como la de Álvaro de las Casas, que finaliza su estudio en torno a la iglesia de Santa María a Nova con estas palabras: “…al llegar aquí, como al pasar el Leteo legendario, una vida empezará en vosotros sin remembranzas enojosas ni recuerdos ingratos. Todo el mal está en que, como yo, quedaréis prendidos para siempre en la dulzura inefable y la helénica alegría de este hondo puerto jacobeo que alza un hito, el mejor, en los mejores itinerarios del espíritu”.
—¡Manoliño, no dejes que te pierda la pasión! Hoy no es día de antología, sino de comentario habitual; así que, ¡céntrate, bonito!
—Acepto la observación, Bartolo. Un corte en el suministro eléctrico al equipo repetidor de señal dejó a
Noia sin televisión abierta durante 23 horas.
—Míralo desapasionadamente, colega: en pleno siglo XXI, resulta incomprensible que suceda una cosa así.
—¡Naturalmente! Sin embargo, resulta curioso observar las necesidades televisivas que recoge la noticia: un ciudadano espera que la incidencia esté resulta para el fin de semana, cuando corra Fernando Alonso; una pareja fiel seguidora de House no quiere perder la evolución de la serie; unas noiesas esperan con impaciencia la decisión de Rajoy…
—Sara y Moncho, los periodistas responsables de esta noticia, intuyo que nos informan de modo sesgado, Manoliño.
—¿Dudas, acaso, de su profesionalidad, Bartolo?
—¡Dios me libre! Pero les faltó pulsar el sentir de ese inconmensurable sector social ávido consumidor de la carroña del corazón. Imagino su ansiedad.
—Formidable la actitud del noiés que aprovechó su forzada libertad para pasear. Y, a lo mejor, dentro de nueve meses, hasta se constata un repunte en la natalidad local, como en el caso del famoso apagón de Nueva York.
—Ahora bien, Manoliño, los noieses se quedaron sin aire, pero yo sé de alguno que pierde la vida cuando le falta la conexión a Internet. ¡Toma!

P.D.: Unas palabras a los comentarios que nuestros amigos nos dejaron en la entrada de ayer.

jueves, 13 de marzo de 2008

Extravagancia humana y responsabilidad animal

—Querido Manoliño: ¡Me encanta el título! Seguro que vuelvo a dar caña…
—Repórtate, Tolico, serénate e iniciemos la reflexión de hoy. ¿Qué responderías si te digo que existen agencias matrimoniales para perros?
—¿Has fumado, por fin?
—Agencias que te permiten adoptar un perro, cruzarlo, socializarlo…
—Definitivamente, extravagancias.
—Prosigo. ¿Y qué dirías de una mujer que pagase a la universidad Nacional de Seúl 150.000 dólares para que le clonen a su Pitbull muerto?
—¿Cuánto son 150.000 dólares? Debe de ser una auténtica fortuna.
—¿Continúo, colega? Un tarado que se autoproclama artista quiso vivir la experiencia creadora de dejar morir de hambre y de sed a un pobre perro callejero al que ató a la pared de la galería en que exponía.
—¿Es que nadie visitaba la exposición? Deja que me transmute en la Reina de Corazones de Alicia para poder ordenar que corten la cabeza a tanto descerebrado. ¡Y yo, prometiéndomelas felices! ¿Hemos terminado?
—Por supuesto que no, Tolico. Yo, que sé de ese inmenso corazón tuyo que se te sale del pecho, no podía dejarte tan mal sabor de boca.
—Anda, pon ya la guinda, Manoliño.
—En Nueva Zelanda, un delfín salva a dos ballenas de una muerte segura.
—Una vez más, colega, la naturaleza y sus animales irracionales nos muestran el camino y nos dan ejemplo y testimonio de su responsabilidad.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Solidaridad en A Coruña

Fotografía tomada de La Voz de Galicia—Mi querido Tolico: la imagen que inicia esta entrada, tomada del diario La Voz de Galicia, habla por sí sola.
—¡Qué pena, Manoliño! Eres como la mantequilla y he perdido ya la esperanza de que te endurezcas.
—Disimula cuánto quieras, Bartolo, pero yo sé que no eres ni por lo más remoto el ser insensible que pretendes aparentar.
—Limpia las gafas de cuando en cuando.
—Pues bien, Tolico, mientras el mar arrasaba el paseo marítimo de A Coruña, un anónimo Rogelio, con grave riesgo para su vida, rescata y pone a salvo a un niño de once años.
—Y, además, resta importancia a la acción.
—Decididamente, colega, la tragedia nos reconcilia con el ser humano que llevamos dentro.

martes, 11 de marzo de 2008

La soledad de un padre atribulado

—Mi querido Tolico…
La noticia, Manoliño, te ha llegado al alma.
—Estoy persuadido, Bartolo, de que, por mucha empatía que un ser humano desarrolle, no es posible conocer la intensidad del dolor a quien no haya vivido el mismo calvario.
—Si estaré de acuerdo contigo que no tengo ni fuerzas para gratificarte con unas collejas.
—No hace muchos años, Tolico, una abuela del rural gallego que había tenido un problema de alumbramiento con uno de sus hijos, al recibir la noticia del nacimiento de su primer nieto, preguntó: “¿Pódese ver?”; quería asegurarse de que la criatura era normal. Imagino que el entorno social del área de Bolivia en que se produce la noticia sea semejante al de la Galicia de la aldea de hace unos decenios. Supongo, por tanto, cuál habrá sido la tribulación de la familia cuando recogió al “bebé sirena”.
—¡Qué pena la posible causa de la malformación!
—Ya sabes, Bartolo, que el ser humano carece de verdadero valor para el sistema: somos, sencillamente, un diente de esa gigantesca y deshumanizada maquinaria que mantiene el mundo en permanente movimiento.
—No es extraño imaginar los fantasmas que rondarán la cabeza de ese padre.
—Y lo que seguramente resulte más grave, Tolico: decida lo que decida, si la evolución de la criatura no es la deseable, para el resto de su vida cargará sobre su conciencia con el lastre de pensar que equivocó la decisión.

P.D.: Unas palabritas a Lali y Asi en el comentario de ayer.

lunes, 10 de marzo de 2008

Vox populi, vox Dei (Voz del pueblo, voz de Dios)

El Mundo

El País
La Voz de Galicia

—¡No, no y no, Manoliño!
—¡Bartoliño, Bartoliño!
—Enfádate si quieres, pero por esto no paso…
—¿Por qué cosa no pasas, Tolico?
—Hemos dicho que nada de religión ni de política, y el título alude claramente a las elecciones que hemos vivido ayer…
—¿Por qué no serás menos impulsivo y más prudente? Ni por lo más remoto se me pasó por la cabeza aludir a las elecciones.
—En todo caso, debes consensuar conmigo el asunto a tratar o…
—Serénate, Tolico, y comencemos. La actualidad que, al margen de las elecciones, nos sirvieron los medios de comunicación ayer nos cubre el blog para 8 ó 10 días; como nos sucede casi todas las semanas, la inmediatez desbancará algunos de esos temas, temas que acabarán cayéndosenos porque en unas fechas se harán viejos.
—Déjate de rollo, Manoliño, y, ¡al grano!
—Sabes que ayer, alrededor de las siete de la tarde, navegué un rato por internet y visité las webs de un periódico regional y de dos nacionales.
—Hasta aquí, ninguna novedad.
—Déjame avanzar, colega, por favor. Sentí curiosidad por conocer cuál era la noticia más vista en cada uno de los tres medios…
—¡Qué original! En día de elecciones generales y autonómicas en Andalucía, la noticia por antonomasia son las elecciones, y lo contrario sería un fenómeno digno de estudio.
—Tú sí que eres un ser digno de estudio, Bartolo. La noticia que más interesó a los internautas que visitaron los tres medios fue conocer quién representará a España en Eurovisión.
—Pues nada: si con lo que ha caído en España en el fin de semana es ésa la primera preocupación de la ciudadanía, el sistema, encantado, seguirá echando hilo a la cometa.


P.D.: una vez más, nuestro reconocimiento al amigo Viajero por sus visitas y por sus palabras.

domingo, 9 de marzo de 2008

Las elecciones en la isla de Pascua

—Querido Tolico: hoy es día de elecciones en España…
—Sí, pero hemos acordado que nada de religión ni de política.
—Por supuesto, colega…
—Y en domingo, igual que en sábado, corresponde antología.
—Por una vez, hagamos una excepción que estoy seguro de que te va encantar.
—Manoliño, no podemos trabajar al albur de las ocurrencias, de la improvisación, de las ideas luminosas. Es imprescindible seguir el diseño, pero, siendo el día que es, actuaré con magnanimidad. Sea.
—Los isleños de Pascua…
—La isla de los moái, esas gigantescas estatuas…
—Efectivamente. Los antiguos pascuenses elegían anualmente un jefe, y lo hacían de modo original. El merecedor de la distinción tenía que haber nadado hasta un islote próximo situado a casi una milla y debía llevar de él en perfectas condiciones el huevo de la primera gaviota que allí recalara.
—¡Cuánto se ahorraban en palabrería, Manoliño!

sábado, 8 de marzo de 2008

El mundo

Mi querido Bartolo: continuando con tu sugerencia, hoy sábado —día de llanto desde Mondragón, de antología y, excepcionalmente, de reflexión— incorporamos un fragmento de un texto que el conde de Saint-Germain dirige a su amigo Cagliostro, y que dice así:

“Llamado desde mi más tierna infancia a las cosas grandes, me dedicaba a conocer cuál era la verdadera gloria. La política me pareció la ciencia de engañar; la táctica, el arte de asesinar; la filosofía, la orgullosa manía de desatinar; la física, bellos sueños sobre la naturaleza y los extravíos continuos de gentes transportadas a un país desconocido; la teología, el conocimiento de las miserias a las que conduce el orgullo humano; la historia, el triste estudio de los yerros y perfidias. De lo cual deduje que el hombre de Estado es un embustero hábil, el héroe un loco ilustre, el filósofo un ser raro, el físico un ciego digno de compasión, el teólogo un preceptor fanático y el historiador un charlatán.”

viernes, 7 de marzo de 2008

Las palomas venecianas o el color del cristal

—Querido Tolico: si te digo paloma, ¿qué viene a tu cabeza?
—¡Paz!
—Bien, ¿y si te digo Venecia?
—¿Volamos a Venecia, Manoliño? Ya sé que no, que sólo es una pregunta, pero, ¡cómo me gustaría viajar a Venecia! Por un momento, déjame que sueñe. Cierro los ojos y pienso en la ciudad Patrimonio de la Humanidad, una ciudad formada por más de cien islas unidas por cuatrocientos puentes, una ciudad cruzada por 150 canales, la cuna de Marco Polo, de Vivaldi, de Tiziano…
—Despierta, mi bien, despierta, o crearás en mí el deseo irrefrenable de conocer la que para Napoleón es la plaza más bella de Europa…
—¡San Marcos! Por favor, Manoliño, no me pongas la miel en los labios. Y, siendo serios, ¿qué relación existe entre la paloma y Venecia?
—Pues que cada dos o tres venecianos conviven con una paloma.
—¿Tantas palomas cobija la ciudad?
—Sí, Tolico, y esa superpoblación se debe al desaforado crecimiento que experimentan, crecimiento debido a la facilidad con que se proveen de alimento.
—Pero, yo sé que las palomas son un auténtico azote para las ciudades monumentales…
—Efectivamente, colega. Las más de 100.000 palomas venecianas generan cada día una tonelada de excrementos que dañan gravemente los monumentos de la ciudad, que suponen un riesgo serio de enfermedad para niños y ancianos y que merman gravemente las arcas municipales cuando intentan hacer frente a unos seres con tan buena imagen popular.
—Sí, porque, según la tradición bíblica, Manoliño, la paloma regresa al Arca con una rama de olivo en el pico informando a Noé de que ha descendido el nivel de las aguas.
—Probablemente, Picasso se inspiró en esta simbología cuando trazó el perfil que universalmente representa la paz.
—A la vista de los hechos, sería comprensible que los venecianos profesasen poco afecto a sus palomas.
—Querido Tolico: no es en vano que, hace un siglo, Campoamor advirtió que “Todo es según el color / del cristal con que se mira”.

jueves, 6 de marzo de 2008

Tolico quiere ser Harry Potter

—Querido Manoliño…
—¡Bartoliño!
—¡Ni Bartoliño ni ocho cuartos! ¡Estoy harto! No consigo hacer carrera de ti, y, lo que es peor, estoy perdiendo el tiempo a tu lado.
—¿A qué viene esta pataleta, Tolico?
—A que yo quiero ser un protagonista de éxito. ¿A que en lugar de Harry Potter y las reliquias de la muerte sonaría divino Tolico y las reliquias de la muerte? Y tú habrías vendido más de medio millón de ejemplares sólo en castellano y en cuestión de unos días. Vamos, que, sin proponérmelo, te retiro.
—Tenemos un problema, Bartolo: Manoliño no es J. K. Rowling.
—¡Un problema! ¡Un problema! ¿Y para qué te dotó la naturaleza de ese hermoso cabezón? ¡Imaginación, colega, imaginación! Fíjate en Margaret Seltzer y toma nota de cómo se hacen las cosas…
—De cómo no se hacen, querrás decir, porque el engaño que protagoniza se destapó y el montaje se vino abajo como un auténtico castillo de naipes.
—Es que esta pobre, en cuanto leyó unas páginas de El Príncipe, se creyó Maquiavelo, se lanzó al vacío sin red y el resultado es el que nos muestra la noticia. A ver si tomas buena nota, Manoliño: la clave está en que se haga pero que no se vea.
—No sé cómo te las ingenias, Tolico, para ser cada día el centro de la entrada, pero no me importa y, sobre todo, me encanta verte más sereno. Ten fe, trabaja como vienes haciéndolo y si, a pesar de todo, no alcanzas la popularidad de Harry Potter de inmediato, tal vez te suceda lo que a Jack Keronac y a William S. Burroughs, de los que Penguin Classics está imprimiendo una obra inédita escrita en 1945.
—Renuncio, Manoliño. Si tuviera que ser así, para entonces, cebada al rabo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Autogestión o el poder de la unión

—Mi querido Tolico: después de la tormenta, ¿te encuentras, por fin, en fase de calma?
—Te prevengo, Manoliño: si me buscas, vas a encontrarme; de suerte que no pinches.
—Si hacemos un rápido repaso mental al contenido del blog en sus dos meses de existencia, buen número de entradas tienen a sus espaldas un marcado espíritu crítico, pero no se me oculta que tu actitud ante la vida es claramente positiva. Así que, dado que en la prensa encuentro una información digna de elogio, si te parece, podríamos traerla al blog.
—¿Es que todavía no te has enterado de que las buenas noticias no venden? El ser humano necesita morbo, carnaza… para distraer sus cuitas y tener en quien volcar sus sinsabores. Pero, claro, como tú te apropiaste del teclado desde el primer día, mangoneas el blog a tu antojo, hasta que yo me proponga aprender mecanografía. Mientras tanto, adelante.
—En mi niñez, se recibió el eucalipto en la Galicia rural como una auténtica bendición…
—Eso sucedió hace tantos años que, entonces, era rural toda Galicia.
—Y es que el eucalipto, frente a los árboles autóctonos, se desarrolla con rapidez, la rentabilidad manda y los montes su poblaron y repoblaron con esa especie. Pero el tiempo parece mostrar que no es la mejor opción y se ha comenzado a desandar el camino andado eliminando plantaciones de eucalipto y sustituyéndolas por pino, castaño…
—Rectificar es de sabios, Manoliño. ¿Y ya está?
—El monte en que se produjo la repoblación tiene la consideración de comunal; es decir que sus propietarios son los vecinos de la parroquia: ellos lo cuidan, lo mantienen y lo explotan.
—¿Y el individualismo gallego? Ya sé que siempre se dan excepciones.
—Créeme, Bartolo, que estos ciudadanos no son excepción. En Galicia, como en todo el orbe, la unión hace la fuerza y cuando un grupo humano es coordinado por personas capaces y de buena fe, el éxito está garantizado.
—Sigue filosofando, Manoliño, y deja que me entere de lo que en verdad sucedió leyendo la noticia por mí mismo.

martes, 4 de marzo de 2008

Progreso, modernidad…

—Querido Bartolo…
—Me gusta más cuando me dices “Mi querido Tolico”.
—Mi querido Tolico…
—Querido Manoliño: vayamos directos al tema del día, para que no tengas la disculpa de que se nos agota el espacio.
—Vayamos, pues. Tú, Bartolo, ¿cómo medirías una longitud?
—No te vi fumar, colega; reconozco que mi cabeza es pequeña, pero bien armada y en verdad que no vislumbro a qué juegas.
—Y el grado de progreso y de modernidad que alcanza un país, ¿cómo lo medirías?
—Vaya preguntita…
—Te lo planteo de otro modo: la educación, ¿podría ser un indicador que ayudase en esa discriminación?
—Seguro, Manoliño.
—¿Sabes, Tolico, cuántos ciudadanos analfabetos declara el Estado de Georgia? Nada más y nada menos que cero.
—¡Cero patatero! ¡Increíble! Un país como Estados Unidos, líder en investigación y ciencia…
—Reconoce siete millones de analfabetos absolutos.
—¿Siete millones, Manoliño? ¡Más increíble todavía! Pero, la UNESCO habla también de analfabetismo funcional.
—¡Cómo estás de enterado, Tolico! Efectivamente, para ese Organismo, analfabeto funcional es la persona incapaz de entender textos de dificultad media o incapaz de completar un formulario, y americanos en esas condiciones se contabilizan treinta millones.
—¿Y qué hace el sistema para remediar situación así de penosa?
—Los niños ven la televisión unas cuatro horas diarias —nada que no conozcamos—, los docentes huyen del tajo a otros sectores profesionales menos borrascosos, el Sr. Bush intenta que para 2014 los americanitos “sean competentes en lectura, matemáticas y ciencias”, no faltan Estados que gratifiquen a los profesores en función de los objetivos conseguidos, y el alcalde de Nueva York premia económicamente a padres y alumnos en función de la regularidad en la asistencia a clase.
—Considerando que acabamos importando todo lo malo, ¡vaya panorama que nos aguarda!
—¿Crees acaso, Bartolo, que nos encontramos tan lejos?

lunes, 3 de marzo de 2008

Bartolo se declara en huelga

—¡Manoliño, Manoliño!
—¡Bartolo, por favor! Un respeto a nuestros amigos lectores.
—¿Un respeto a nuestros amigos lectores? Pues sólo faltaría que no respetáramos a nuestros amigos, pero, ¿quién me respeta a mí?
—¿A ti? ¿Es que te faltó alguien?
—¿Y tú me lo preguntas, Manoliño? Me faltas al respeto tú, me falta al respeto Asi —y me duele, que yo creía que somos amigos, y va a resultar que el único amigo soy yo—, me falta al respeto Olivo y estoy esperando tu respuesta a ambos y, créeme, que me temo lo peor. Por todo ello, estoy valorando muy seriamente el declararme en huelga.
—Querido Tolico…
—¡Qué bonito! En cuanto te enseño los dientes, te acoquinas y me haces carantoñas… ¡Pues no! ¡Tolico en huelga!
—Desahógate, Bartolo. Dime, por favor.
—Pues te digo, Manoliño: Me tienes hasta el moño porque el sábado te saltaste el post y no quiero escuchar tus razones para no dejarme convencer; me tienes hasta el moño porque el domingo, sin contar conmigo y sin mencionarme, pusiste en la antología un texto esotérico y mitológico que no sé a qué viene, que me obligó a consultar Wikipedia y que parece que le hizo mucha gracia a Olivo; estoy hasta el moño de Asi cuando se expresa sin dejar constancia real de mi auténtica intervención en este proyecto; y estoy hasta el moño porque, cuando tienes el día bajo, te asiste el derecho a estar hasta el moño de todo. Y, por ello, me declaro en huelga, al menos por hoy.
—Y yo me solidarizo contigo, Tolico, y mañana será otro día y, con tu permiso, reflexionaremos en torno al analfabetismo en el mundo, que por hoy hemos cubierto nuestro palmo de espacio comprometido.

domingo, 2 de marzo de 2008

Sin título

“Según el mito egipcio, Set, envidioso de Osiris, le da muerte e introduce su cadáver en un arca de madera de acacia que lanza al Nilo. La corriente lo lleva al mar Mediterráneo y de allí a las playas fenicias de Tiro, donde el arca quedará embarrancada, y la madera echará raíces produciendo un hermoso árbol en el cual quedará cobijada el arca hasta que Isis llegue para recuperar el cuerpo divino. Posteriormente, Set roba el cadáver de los brazos de Isis y lo despedaza, dispersando sus fragmentos. Isis, con el arca a cuestas, va recobrando poco a poco los fragmentos hasta recomponer el cuerpo y devolver la vida a Osiris. El tiempo suficiente para que engendre en ella un hijo: Horus el vengador, el halcón cuyo ojo sagrado todo lo ve y todo lo alcanza.”

(Lema, Rafael: El camino secreto de Santiago. Edaf. Madrid. 2007, página 104)