—¡Manoliño hizo los bujeros!
—Querido Bartolo: Manoliño, como tú dices, hizo los bujeros, pero dejó alguna cosita a medio terminar; y, en verdad, me extraña que no me lo pases por los morros.
—Estrategia, pura estrategia. De este modo, predispongo a mi favor a los lectores y, cuando me parezca, ¡zas!, colleja. Si te parece, empiezo ya; y, si no, también. ¿Quieres decirme qué harás con esa colección de asuntos-enlaces que guardas en cartera para tratar en el blog?
—¿Es culpa mía, acaso, que la actualidad sea así de prolífica? Los que se queden viejos, se caerán solos. Y vayamos al grano. Al decir de la noticia, parece haberse clonado el crimen de Cuenca. Y lo peor es pensar en la cantidad de crímenes de Cuenca que se estén repitiendo de uno a otro confín de la aldea global…
—Y que puestos a ser realistas, colega, cualquiera puede resultar víctima.
—Toda profesión y todo trabajo, independientemente de su valoración social, conllevan un grado de responsabilidad que debería inducirnos a reflexionar más a menudo en torno a qué hacemos, a cómo lo hacemos, a si eso que hacemos es todo lo que podemos hacer y a cómo mejorar nuestra labor, especialmente cuando la materia prima son seres humanos.
—Definitivamente, Manoliño, dimito, porque no planteas asuntos que den lugar a polémica y que los dos coincidamos empobrece la entrada. Por poner algo de salsa a asunto tan serio: desde una perspectiva estadística, es aceptable que la Justicia cometa algún error.
—Cierto, Tolico, pero “Quen leva, leva”, dice un viejo refrán, y dudo que pensaras de igual modo si tu pellejo fuera el de Willie Earl y hubieras pasado toda una vida de cadena perpetua penando por un delito no cometido.
—Mejor no pensarlo y hacer votos para que el azar no se fije en tu número en sorteos así.
—Querido Bartolo: Manoliño, como tú dices, hizo los bujeros, pero dejó alguna cosita a medio terminar; y, en verdad, me extraña que no me lo pases por los morros.
—Estrategia, pura estrategia. De este modo, predispongo a mi favor a los lectores y, cuando me parezca, ¡zas!, colleja. Si te parece, empiezo ya; y, si no, también. ¿Quieres decirme qué harás con esa colección de asuntos-enlaces que guardas en cartera para tratar en el blog?
—¿Es culpa mía, acaso, que la actualidad sea así de prolífica? Los que se queden viejos, se caerán solos. Y vayamos al grano. Al decir de la noticia, parece haberse clonado el crimen de Cuenca. Y lo peor es pensar en la cantidad de crímenes de Cuenca que se estén repitiendo de uno a otro confín de la aldea global…
—Y que puestos a ser realistas, colega, cualquiera puede resultar víctima.
—Toda profesión y todo trabajo, independientemente de su valoración social, conllevan un grado de responsabilidad que debería inducirnos a reflexionar más a menudo en torno a qué hacemos, a cómo lo hacemos, a si eso que hacemos es todo lo que podemos hacer y a cómo mejorar nuestra labor, especialmente cuando la materia prima son seres humanos.
—Definitivamente, Manoliño, dimito, porque no planteas asuntos que den lugar a polémica y que los dos coincidamos empobrece la entrada. Por poner algo de salsa a asunto tan serio: desde una perspectiva estadística, es aceptable que la Justicia cometa algún error.
—Cierto, Tolico, pero “Quen leva, leva”, dice un viejo refrán, y dudo que pensaras de igual modo si tu pellejo fuera el de Willie Earl y hubieras pasado toda una vida de cadena perpetua penando por un delito no cometido.
—Mejor no pensarlo y hacer votos para que el azar no se fije en tu número en sorteos así.
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